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Cosas nuestras

Con la óptica enfocada en la mujer real, total honestidad y el humor que la caracteriza, Dalia analiza a la mujer actual, su relación con los hombres y con las otras mujeres.

Espontánea, divertida y charlatana… a Dalia todavía le sobra energía aunque recién termine su showCosas de mina y ya haya pasado la medianoche. Sin escatimar respuestas y sin filtros, nos cuenta sobre su vida y cómo ve a la mujer argentina.

¿Sos así de “personaja” en la vida real?
Me gustó el concepto “personaja” (se ríe). No, o sea, el escenario es una versión muy mejorada de mí, con mucho mejor humor del que tengo yo en la vida cotidiana. Obviamente, laburo un poco de estar de buen humor. Si yo fuese en el escenario como en la vida cotidiana la gente no se reiría. Pero sí, me gusta estar de buen humor y es como que hago mucho para estar así.

Ese marido que hacés en el escenario, ¿es Seba (Weinreich) o está inspirado en otro?
Siempre que hablo de mi marido me lo imagino a Seba que, de hecho, es un prototipo de marido. Hay muchos otros, pero sí, siempre pienso en el que tengo yo, que es muy distinto a muchos que conozco.

¿Cómo ves la relación hombre-mujer en las nuevas generaciones?
Creo que están cambiado los roles. Antes eran más fijos, las minas se ocupan de esto, los hombres se ocupan de lo otro; las minas son así, los tipos son “asá”. Por suerte, en los últimos años la mujer abrió más los ojos y está intentando parecerse lo más posible a lo que quiere y no tanto a lo que debe ser. Es un recontra desafío para las nuevas generaciones poder ser cada vez más auténticas y no cumplir con un prototipo.

Conociendo tus monólogos femeninos, ¿qué opinión tenés acerca de todo el movimiento feminista que se dio en este último tiempo?
Me parece que lo de Ni Una Menos está muy bien, conozco muchas amigas que están muy metidas. Yo no tengo una personalidad militante, la verdad, entonces no estoy políticamente involucrada en las marchas, pero me parece que están buenísimas. Conozco muchos hombres que están como abriendo los ojos y diciendo “che, yo soy re machista” y en este sentido está bueno todo este movimiento. Creo que mi aporte al feminismo va por otro lado. No milito ni estoy en los proyectos, pero tengo muchas amigas como Ale Bavera,que trabaja en este espectáculo, que está muy metida. Me parece que todas las mujeres tenemos que estar muy agradecidas de que esto esté pasando.

Y como mujer, ¿cómo es tu relación con las mujeres?
Yo creo que hay como todo un buzón que las mujeres repetimos durante muchos años de “ay, es rejodido estar con minas”, pero hace no muchos años nos empezamos a dar cuenta de que no, que podemos estar con compañeras de trabajo y de que tenés aliadas. Las mujeres tal vez tenemos un toque de inestabilidad, somos como más hormonales y mucho más cambiantes, nada mejor que otra mujer para entenderte. Por eso a mí me gusta mucho trabajar con mujeres. Me gusta también trabajar con hombres porque el hombre muchas veces le aporta esa simplicidad a las cosas que la mujer necesita, que venga alguien y te diga “pará, pará”. Pero también el hombre necesita a alguien que lo haga reaccionar más con los detalles.

¿Cómo ves a la mujer argentina actual?
Me parece que somos muy laburantes. El argentino de por sí, como vivimos en una crisis permanente, está buscando la manera de subsistir y por eso necesitamos ser muy creativos. Siempre trato, en el show sobre todo, de centrarme en que las mujeres no tenemos mucho que ver con el prototipo de mina que uno ve en televisión.

Ping pong
No salís de tu casa sin: lavarme los dientes.
Te irrita: el que es agresivo porque sí.
Lo que más te gusta: estar con mis hijos.
Antes de dormir: trato de leer.
No ves la hora de: comer, pienso mucho en comida (se ríe).

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