Eran días festivos de cine, pero arribó a nuestra ciudad esta vez para mostrarnos otra de sus facetas: cantar estilos criollos. A una función programada en Teatriz y agotada al instante, se sumó otra para demostrar que vale la pena revivir la cultura.

¿Cuándo arranca tu gusto (y talento) por la música?
No sé el talento… pero el gusto desde chiquito, desde siempre. A los 18 años empecé a estudiar guitarra, pero la música siempre estuvo en mi vida de una manera importante. Mi padre tiene una colección de discos muy grande, siempre se escuchó mucha música en casa y en el barrio donde me crié también sonaba mucho tango. Empecé a estudiar desde los 18 años estas músicas aplicadas a la guitarra.

¿Creés que tu banda contribuye a mantener vivas nuestras tradiciones?
La cultura argentina está en vías de extinción, olvidada, negada, un tesoro tan vasto como es el tango y la música argentina en general, que se amasó durante tantas décadas. Es una cultura muy rica, muy vasta, y que negamos naturalmente. Yo me conmuevo cuando toco esa música, cuando la escucho y la interpreto, y a mis amigos les pasa lo mismo. Si nosotros somos una manera de conectar con eso, yo les recomendaría que vayan directamente a los discos que los genios estos grabaron. Si nosotros ayudamos a difundir un poco esto y a que no se extinga esa llama, estamos muy honrados.

¿Tienen composiciones propias? ¿Las letras salen de vos?
Tengo algunas composiciones hechas con Juan Pablo Díaz Hermelo, que es el guitarrón, y Blas Alberti, con quien también colaboré.. Yo soy el menos músico, obviamente, no soy músico. Los músicos son ellos y yo aprendo todos los días de estar y de compartir con ellos, me voy formando, de alguna manera por ahí no tan académica, que sí la tengo a nivel guitarrístico, pero no como compositor. Así que hay cosas hechas. Tendríamos que dedicarnos más a grabarlas, luego de esta segunda etapa que viene de esta gira que haremos. Seguramente, ya en el segundo disco estén las composiciones de los chicos y mis colaboraciones con ellos.

 “Yo me conmuevo cuando toco esa música, cuando la escucho y la interpreto”

Con respecto a tu carrera actoral, ¿qué tipo de personajes te gusta más interpretar, un Francisco o un Lombardo?
Más divertido que un cura, cualquier cosa. Igual, el desafío que fue hacer ese personaje, fue el más difícil de mi carrera. Fue un rodaje muy duro, tuve que tener mucho compromiso emocional y ético con eso y el límite era muy lábil, correrse siempre era un riesgo. Eso me tuvo muy concentrado durante casi los cuatro meses que duró el rodaje. Terminé agotado, de las experiencias más intensas de mi vida. Entonces, sí, un personaje como Lombardo me divierte mucho más. Tiene más rango de acción, tiene la emocionalidad más a flor de piel, sin tantas cosas reprimidas. Lombardo era todo lo contrario: tenía piedra libre y total impunidad para pelar lo que venga al caso. Una persona con una ternura infinita, pero también con mucha violencia, entonces es un rango de acción muy amplio y entretenido. Me encanta interpretar un rol así.

Tu hija siguió tus pasos y los de su madre en la actuación, ¿te gustaría que lo haga también con la música?
Mi hija es más música que yo, toca muy bien el piano y canta realmente bien. Creo que tiene mucho talento musical, estará en ella ver qué hace.

¿Qué proyectos tenés para este comienzo de 2018, además de girar con el Yotivenco?
De gira nacional con el Yotivenco y alguna cuestión en televisión que está por definirse, que seguramente falte muy poquito. Se estrenará una película que filmé en España el año pasado, así que muchas cosas, muy feliz.

PING PONG
El personaje que más recuerdes con cariño: Alberto Granado, en Diarios de Motocicleta.
Un estilo criollo: milonga surera.
Un tema que te emocione tocar: “Qué pena” de Alfredo Zitarrosa.

Podés escucharlo:
Martes 23 DE ENERO en TEATRIZ - 21.30hs.

Texto: Alejandra Bertolami. Fotos: Sebastián Arpesella.