Con calma y una sabiduría que se refleja en los ojos, Juan Tonelli, hoy nos muestra una de sus muchas facetas: la de escritor. Además, Tonelli es un exitoso empresario y lobbysta pero, como nos confiesa, lo que realmente lo llena es la escritura.

Estamos en la constante búsqueda de ser mejores, ¿creés que el inconformismo nos mantiene en movimiento?
El inconformismo y, sobre todo, el desconocimiento de uno mismo. Como no nos conocemos, perseguimos metas y objetivos que, en el fondo, nos fueron dados por la cultura, nuestros padres o el entorno, y no nos llenan. Le ponemos un montón de garra y si no lo logramos, nos frustramos. Pero si lo logramos, nos sentimos vacíos y esa dualidad de “perder o perder”, ese inconformismo, se transforma en una oportunidad. Por ese lugar no es e intentamos por otro lado: ese “otro lado” es el camino de uno viendo por dónde es.

¿Cómo se sale de ese inconformismo?
Cuando uno pregunta “¿vos qué querés?”, rara vez el otro contesta lo que quiere. De los problemas se sale diciendo “yo quiero esto”, y eso es un enorme avance. Pero, en general, no está eso: hay una queja. Es mucho más fácil poner en el otro los problemas, pero es necesario ver de qué parte nos podemos hacer cargo nosotros mismos. El inconformismo es una gran oportunidad porque nos mueve. La única advertencia sería que no nos mueva en dirección a más programaciones y mandatos, sino en una dirección de más interioridad, de lo que realmente nos puede llenar. Es difícil y lleva tiempo. Mientras tanto, hay que bancarse el camino para después ir sintiendo una plenitud.

¿Qué busca tu libro Poder Ser?
Te pasás la mitad de tu vida cumpliendo programaciones: estudiás, te recibís, te casás, tenés hijos, comprás una casa, tenés un perro y la foto está perfecta, pero te das cuenta de que no te alcanza. Entonces, empezás a analizar qué te llena en el trabajo, cuáles son los vínculos que te gustan y no los que te convienen. Los que te convienen los podés necesitar para vivir. Empezar a indagar es un camino genial y es un trabajo necesario, eso es lo que busca el libro Poder ser Lo hace através de muchas historias cortas, que abordan un montón de problemas de los más comunes y que no pretenden dar una indicación de nada sino dejarte pensando a ver si estás viviendo como querés.

 “Exploro los problemas más comunes de los seres humanos, tratando de abrir espacios que generen preguntas y que aporten algo a la vida de los lectores”

¿Podemos encontrar un disparador que nos haga pensar en nuestro propio camino en alguna de las historias?
Totalmente. Porque, al final del día, los problemas son pocos y siempre los mismos, decía Aristóteles. Cuando le pasan a uno, te sentís morir, se te cae el mundo abajo y decís “cómo me puede pasar esto a mí”, pero le pasa a millones de personas hace millones de años. Todas las crisis son oportunidades para crecer en tu libertad e ir conectándote con lo que vos sos. Ahí está la plenitud.

¿Qué es para vos la felicidad?
La felicidad es un vínculo de uno con uno mismo y de uno con el otro. Para eso hay que ir trabajando, acercándose, conociéndose, descubrir quién sos, qué podés, qué no podés y cómo querés vivir.

Esas 38 historias que contás en Poder Ser, ¿son casos reales?
Son todos casos reales. El único híbrido entre realidad y ficción es el caso de una mujer que era admiradora de Jackie Kennedy. Lo que cuento de Jackie es cierto, la ficción es el personaje. Las otras son todas historias reales, algunas poquitas autobiográficas, algunas de amigos y mucha gente que me escribe. Reservo el núcleo del problema y ficciono lo demás.

¿Creés que la escritura para vos es un método de catarsis? En tu blog lo definís como algo que “te rescató”: ¿de qué?
Me rescató hasta de la locura. Yo empecé cuando tenía 24 años, pero mi exigencia era tan grande que abandoné, pretendía ser una estrella y después retomé. Un filósofo, Alejandro Rozitchner, me abrió el blog y me dijo, “vos tenés que escribir”. Era por el 2006 y yo estaba entrando en la crisis de los 40, no tenía 40 pero, como soy un poco ansioso, empecé antes. En ese tiempo, el blog era muy ecléctico, subía lo que me gustaba. Pero me fui dando cuenta de que lo que iba sintiendo lo ponía en palabras y, en la medida en que lo iba elaborando y lo podía escribir, me hacía bien. Era una catarsis que me servía para drenar emociones y dolor, ordenar mis pensamientos y esto de “yo qué quiero”.

Tu libro finaliza con la pregunta de si estamos viviendo como queremos, ¿vos vivís como querés?
Me voy acercando bastante. Si me hubieras hecho esta pregunta hace diez años, te diría que era muy infeliz, aún siendo muy exitoso en términos económicos, laborales y familiares. Y después de esa crisis, en la que me separé y empecé a reformular mi trabajo, empecé a escribir. Hoy te diría que me acerco mucho y que es un camino creciente. Siento que es un camino, confío en que dentro de cinco años voy a estar aún mejor.

¿Qué proyectos tenés para más adelante? ¿Estás escribiendo un libro nuevo?
Sí, lo tengo casi terminado. Son más historias, todas en primera persona, porque siento que es más desde las tripas, no porque sean historias mías, de hecho muchas son historias de mujeres.

“El inconformismo es una gran oportunidad porque nos mueve”

PING PONG
Ficción o realidad: realidad.
Un libro: Ligero de equipaje, de Carlos Gonzalo Vallés.
Un lugar en el mundo: el Valle de la muerte, California.
Qué te hubiese gustador poder ser: estoy tratando de ser esto. Fui programado para ser un gran empresario. En el fondo, no me convence esa tarea y ser escritor me encanta. Ser un indagador, un conocedor, un buscador de conocer el alma humana…