Entrevista
Entrevista | Personajes

Talento y perseverancia

En constante aprendizaje, su carrera evoluciona ante cada nuevo desafío que se propone.

Desembarcó en nuestra ciudad con El Emperador Gynt, un unipersonal en el que da vida a catorce personajes. Sin embargo, el cansancio posterior no fue excusa para ponerse un freno: también lo pudimos ver como el “corredor” de Fuerza Bruta, el espectáculo de cabecera de la temporada. A pesar de que va de proyecto en proyecto, nunca pierde la sonrisa en su rostro y la calma en su mirada. ¿Cuándo para? ¡Nunca! Aprovecha cada oportunidad para nutrirse y aprender.

¿Te gustan los desafíos?
Me encantan. Aparte, considero que este tipo de teatro (Fuerza Bruta) es diferente al que suelo hacer, que son más de texto, y me da un buen entrenamiento físico. No tanto por estar en forma, sino por el conocimiento del cuerpo. Luego, te subís al escenario a recitar un texto y tenés otros mecanismos para manejar el cuerpo.

¿Cómo te preparaste para encarnar catorce personajes en la obra El Emperador Gynt?
Hace dos años me había llegado la propuesta de Julio Panno, el director. Leímos el original de Ibsen y después vimos la adaptación que ya estaba hecha. Fuimos charlando, agregando cosas, transiciones de los personajes, objetivos, y los fuimos laburando hasta el estreno. El desafío para un actor de tener que entrar todos los días en una vorágine de catorce personajes es enorme. Estar pensando en un tiempo más adelante, porque tenés que estar en el “aquí y ahora”, pero si te viene un blanco, estás solo en el escenario.

Sos un actor multifacético, ¿le ves un techo a tu carrera o sos de incursionar en nuevos caminos y conocimientos?
Voy sumando conocimientos y poniéndome a prueba siempre. Creo que, a esta altura, no hay un tope en la carrera. Siempre se puede aprender más y llega un momento en que te das cuenta de que no hay tiempo para aprender todo lo que uno quiere. Trato de aprovecharlo al máximo posible y ponerme desafíos, hacer cosas nuevas, probarme en otras cosas que me van a ir nutriendo para lo que quiera. La práctica ayuda mucho a la educación de lo que uno hace y ese es el camino por el que opté.

Y de esos desafíos, ¿cuál sentís que fue el más importante o el que más te marcó?
Depende. Cuando tenía ganas de hacer cine, debutar con Trapero como director fue una gran experiencia. Pero hoy en día, cada personaje, cada película o cada director que me va tocando, que me va dirigiendo, para mí es un desafío. Cuando leo un guión digo: “No, esto no lo puedo hacer”, y a los cinco minutos hay una voz interna que me dice: “esperá, ¿por qué no lo podés hacer?, intentalo y, si sale mal, sale mal”.

¿Qué es lo que más te atrapa a la hora de encarar un proyecto?
La preparación del personaje. De qué trata el personaje y por cuáles transiciones lo tenés que llevar, por dónde va, por dónde viene…También los días de rodaje, qué hay que hacer, eso suma muchísimo. A la larga, el conjunto de todo es lo que construye el aprendizaje, salga bien o salga mal. Hay que seguir metiéndole, no dormirse en los laureles…

“Uno siempre puede aprender un poco más y seguir formándose para estar a la altura de los desafíos que se va planteando”

Vos no te dormís porque no parás un minuto…
No, me gusta y más a los 27 años. Calculo que tendré una edad donde no me va a dar ni el físico para poder abarcar tantas cosas a la vez. Ahora que puedo y me da, le doy para adelante.

El 2017 fue un año agitado de grabaciones, ¿en qué papel te vamos a ver este año?
Estuve filmando El Ángel, sobre la vida de Robledo Puch. No sé exactamente cuándo se estrena. Soy uno de los socios de Carlos Robledo Puch, dentro de sus macanas y sus movidas turbias.

Te gusta ese tipo de historias turbias…
Sí, porque hay algo en los personajes que tiene otro tipo de composición. Hay que jugar un poco más profundo. Además, los directores que suelen agarrar este tipo de trabajos son súper profesionales y tienen muy buena visión. De una manera u otra, más allá de que se aprende preparando el personaje, también se aprende mucho estando en un set con gente grosa.

¿Hay algún momento del año en que te ponés un freno y volvés a tus raíces y a tu familia?
Sí, siempre. Cuando está el tiempo soy muy unido a mi familia y mis amigos. Mis amigos saben y entienden que hay veces que tengo jornadas largas de laburo y puedo estar más o menos. Pero, por suerte, sigo teniendo los mismos amigos del club, desde los cinco años y mis amigos del colegio. Me acabo de ir de vacaciones con ellos y algunos los conozco prácticamente desde que nací. Esas son las bases, son los pilares de la vida, lo más importante, y espero no perderlo nunca.

“Lo que más me mueve no es un formato, sino el personaje, que me deja una enseñanza, que me lleva a un desafío”

PING PONG
La última serie que viste: estuve viendo un poco de The Sinner, The handmaid´s tale y Dark.
Un director: Martin Scorsese
Un actor: Di Caprio, Nicholson, Hopkins. De acá, Rodrigo De la Serna, Miguel Ángel Solá y Oscar Martínez.
Un momento de ocio: mirar películas.
Una virtud: soy muy pasional. Lo considero una virtud porque me lleva a cosas malas y cosas buenas, pero me lleva.
Una comida: hamburguesa.

 

Texto: Alejandra Bertolami Fotos: Astor Schiantarelli

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