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Sé vos

Resetear nuestro interior para descubrir nuestra mejor versión es posible. ¿Te animás a descubrirte?

Claudia Luchetti es decodificadora y coach. De ella ya nos había hablado el año pasado Rocío Guirao Díaz, cuando hicimos tapa con ella, contándonos lo mucho que Clau la había ayudado a evolucionar. Poco después, el destino la trajo a nuestra ciudad en el marco del séptimo aniversario de ey! y todos los que la escuchamos quedamos con ganas de más. Este mes tenemos la oportunidad de volver a verla con su obra Se para2, que llevará a cabo el 26 de octubre en Teatriz. De eso y algunas cosas más charlamos en esta nota con este increíble ser.

¿Con la decodificación uno puede encontrar su mejor versión?
A través de la decodificación te encontrás a vos misma. La decodificación es una experiencia de autoconocimiento. Antes de la decodificación, no podés ser tu mejor versión porque todavía estás muy contaminada de factores que tienen que ver con la creencia, la línea psicológica, el formato… de otro. Y, de alguna manera, tu camino a elegir para poder conectar con tu objetivo de mejorar está muy lejos de vos. Lo primero que hacés con la decodificación es observar todavía cuán dependiente estás de factores externos que tienen que ver con la crianza o con la modalidad en la que fuiste educada y te cuesta mucho soltarlo, porque tenés naturalizadas formas que no son tuyas. Entonces, a partir del reconocimiento de esas formas que no son tuyas, podés empezar a transformar esta modalidad personal y conectar con tu identidad y, desde esa base, darle vuelo a lo que vos realmente querés manifestar. Si vos cumplís el objetivo, la intención de manifestar tu deseo con respecto a tu vida, seguramente vas a enaltecer tu mejor versión.

¿Nuestro nombre y fecha de nacimiento nos condicionan de entrada?
De alguna manera, es al contrario. Lo que nos condiciona a nosotros son los factores externos. El primer factor que nos genera un condicionamiento es la crianza. No sólo somos efecto de la biología de nuestros padres, sino que en nuestros primeros diez años de vida, naturalizamos, tomamos e implementamos las formas de nuestros padres. Claramente, ahí el ser queda condicionado a funcionar o a ser de acuerdo a lo que los otros necesitan que sea. Entonces, el condicionamiento radica allí y en la naturalización de eso. Lo que aprendemos después es a hacer lo que necesitan todos, menos apropiarnos de nuestras necesidades. Entonces, el nombre no es lo que nos condiciona, al contrario. El nombre es el elemento guía para descubrir cuáles son los condicionamientos que tenemos nosotros. Es una elección energética entre el sujeto que va a nacer y los papás que lo reciben; en ese nombre está inscripto el desafío de vida que va a sortear ese sujeto para enaltecer a su ser.

¿Cómo hacemos para criar niños libres?
No es para nada complicado, todo lo contrario. El día del nacimiento de tu hijo vos lo recibís. No sólo el niño recibe la vida, sino que vos como mamá recibís la vida del niño. Recibo la vida de este niño, siendo responsable de que en este momento ese niño no tiene la capacidad de hacerse cargo de su vida, entonces yo tengo que ser observadora permanente de cuáles son las necesidades y requerimientos de él, no cuáles son mis necesidades y mis requerimientos para ser mejor mamá. Lo que solemos hacer las mamás es anotar todo el check list de lo que es ser una buena madre, entonces hacemos todo para ser una buena madre y no tenemos en cuenta al niño. A ese niño lo hacemos dependiente de nuestras necesidades, lo hacemos esclavo de nuestras necesidades desde el día que nace. Si nosotros entendemos que recibimos la vida del niño y somos responsables de brindarle lo que él mismo no puede obtener, vamos a estar observando cuáles son sus necesidades y no las nuestras.

 “A partir del reconocimiento de las formas que no son tuyas, podés empezar a transformar esta modalidad personal y conectar con tu identidad”

¿Cómo es que hay que “desarmarse para armarse”?
Hay que desarmarse porque estamos armados y si vos jugás con las letras de la palabra “armado”, notás que incluye “amado” y “arma”. Entonces, por un lado, habla de que somos sujetos amados, pero, por otro, dice que estamos a la defensiva. Nos defendemos y bloqueamos todas las características del amor, que tienen que ser la recepción, la entrega, el compartir… Tenemos armas para tomar y esas armas están en mis condicionamientos mentales: lo que hay que hacer, lo que es correcto, lo que se espera de nosotros, lo que hay que cumplir… Nos desvinculamos del amor para conectar con esa armadura que tenemos. Cuando nos rendimos a ese armado y nos desarmamos, empieza nuestra historia de amor. Entendiendo que nos podemos equivocar, que esta vida está para equivocarnos, porque en el error está el conocimiento del acierto. Esta vida está para entrarle del lado contrario al que nos enseñaron. No es verdad que somos buenos, somos reprimidos, somos personas complacientes. Si desarmamos ese modo, vamos a poder conectar con esa nueva forma, esa versión nuestra.

En la búsqueda de una pareja, ¿solemos repetir patrones?
Curiosamente, en este momento de mi vida llegan muchas parejas que se quieren atender de a dos y tienen el deseo de saber cómo funcionarían si ellos pudieran quitarse esas formas tan condicionadas para establecer un vínculo de pareja. La mayoría expresa que antes de tener hijos o antes de irse a vivir juntos eran más felices y que cuando pusieron esa forma establecida, llámese “casamiento”, “concubinato”, “acuerdo de compromiso”, todo se les escapó de las manos. Eso ocurre porque en esos formatos aplicamos lo aprendido sobre la pareja en nuestros primeros diez años de vida y que guardamos en el inconsciente. Uno se casa y va directo a lo que vio en los papás el día que nació. Nunca hay que pensar en volver para atrás y en ser eso que éramos, porque no lo vamos a hacer de esa manera. Pero sí ver cuál sería la propuesta para que esto cambie.

¿En qué consiste tu obra Se para2?
Es la inspiración del 2018. Primero se me ocurrió hacer Error de percepción, que tiene que ver con lo aprendido en la casa de nuestros padres. A partir de esa puesta apareció esto de que empezaron a venir muchas parejas a mi vida y fue inspiración para hacer Se para2, sé uno para poder ser dos. Cuando dos personas se comprometen, terminan teniendo una relación simbiótica, terminan siendo lo que el otro necesita y pierden la propia identidad. Hay que ser uno mismo para poder compartir con alguien.

PING PONG:
Una frase de cabecera: “Para dejar huella te vas a tener que embarrar”.
Un momento de paz: mirar desde el sillón de mi living el balcón que armé.
Una serie que estés mirando: Maniac.
Un aroma: palo santo mezclado con el aroma de las plantas.
Una estación: la primavera.

“Se para2 es esto de ser uno para poder ser dos, hay que ser uno mismo para poder compartir con alguien”

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