Entrevista
Entrevista | Personajes

A su propio ritmo

Alejada de la conducción y cerca de nuevos proyectos, elige poner el cuerpo en la lucha, pero también en el baile. Así, se desafía una vez más mostrándose al público en su faceta más libre: en movimiento.

Estás a pleno ensayando. ¿Qué te tiene tan cerca del teatro?
Estoy de ensayo en ensayo porque estreno el viernes 21 de junio una obra de danza en el complejo teatral Buenos Aires, en uno de los teatros del San Martín, el teatro Sarmiento. La obra se llama Watt, la directora es Leticia Mazur, una bailarina y coreógrafa muy hermosa. Me convocó a finales del año pasado para estrenar dentro de un ciclo que se llama Retrospectiva.

De hecho, vos bailás desde muy pequeña…
Sí. Yo bailo desde muy chica, hice la carrera de ballet en San Juan y egresé a los 16 años. Después, mi vínculo con la danza fue bastante íntimo, nunca dejé de entrenarlo, pero siempre lo tuve como algo para mí. Nunca dejé de entrenar y bailar. En esta oportunidad, me llega la propuesta de Leticia, que es una artista que admiro muchísimo y creo que si no hubiera sido de esta manera, no sé si me hubiese animado. Ahora, en el proceso de ensayo y en la previa, me doy cuenta de que realmente tenía muchas ganas de hacer algo con eso.

Ahora que tu vínculo con el baile está en estado más “público”, ¿te imaginarías en un programa como el “Bailando”?
No. Lo que hago en relación a la danza está muy lejos. Respeto y admiro a las chicas que se bancan ese nivel de exposición. Creo que lo que me divertiría tiene que ver más con el entrenamiento y el pasar por todos los ritmos y poder poner el cuerpo. Si fuese solo eso, sería un gran plan para mí. Pero estoy cada vez más lejos de soportar ese nivel de exposición. Creo que el proceso en el que estoy desde hace tiempo tiene que ver con otros tiempos, otros modos más amorosos y más blandos, pero no por eso más fáciles.

Ahora que pasaste los 30 y tenés otro enfoque de tu vida, ¿qué sentís que cambiaste o dejaste atrás?
Cumplí los treinta en febrero pasado, sintiendo ese “al fin treinta”. Estuvo bueno todo lo que fue, de esa vorágine, de lanzada, sentir siempre una urgencia o apuro porque “el momento es ahora”. Ahora, llegar a los treinta y su famosa vuelta de Saturno tiene algo de darse vuelta, de mirar las cosas como fueron y, si hay algo que cambió, tiene que ver con el tono de hacer las cosas. Soy muy apasionada, cuando me meto a estudiar algo, me meto muy de lleno y no escatimo en nada. Poner el cuerpo, ahora no hay un objetivo concreto sino que eso que estás haciendo en ese momento lo estás haciendo porque tiene todo el sentido. La cosa se siente más presente, más en el cuerpo. Además, comienzo a sentir menos culpa y menos peso al decir NO.
A pesar de eso, ¿te imaginás volviendo a la pantalla chica en la conducción o más en la faceta de actriz?
Estos últimos años volví a mis bases, que tienen más que ver con el teatro y con la danza. Estudié actuación y danza durante muchos años de mi vida y la actriz que hay en mí ama la pantalla. Me encanta participar en ficciones, me encanta filmar para cine. El año pasado, trabajé con Underground e hice participaciones en 100 días para enamorarse, estuve filmando para Netflix dos proyectos muy lindos, otro para México y otro para Sony Brasil.

Vos arrancaste muy joven a trabajar en Duro de Domar y también te instalaste muy joven en Buenos Aires. ¿Qué te quedó de tu infancia en San Juan?
Yo soy San Juan. Mi forma de ser y de hacer tiene que ver con ser sanjuanina. Me queda el cuerpo. Soy de la montaña, me queda una cadencia que para mí no es la de alguien de capital.

Esa locura de Buenos Aires no te domesticó…
Hace ya once años que estoy en Buenos Aires y hay algo que se mantiene y que tiene que ver con tiempos y formas. Puedo hacer mil cosas al mismo tiempo pero el tono es otro, la manera es otra. No soporto cómo “te llevan puesta” y hay algo en mi forma que protege mucho eso. Protejo mi espacio para que no me lleven puesta y me cuido mucho de no llevar puesta/o a nadie, ni físicamente ni exponiéndolo. Estoy en muchas cosas al mismo tiempo: estoy en la obra pero también soy parte de Actrices Argentinas, estoy muy comprometida y ocupada con eso. Estudio y me ocupo de cuestiones de género.

¿Sentiste que desde Actrices Argentinas encontraste una contención o empuje?
El momento en que salí a denunciar a Pettinato y realicé un relato muy crudo y verdadero fue antes de que existiera el colectivo de actrices. Fue una decisión que la pude tomar con Julia Mengolini, que es amiga y me ayudó en ese espacio, su radio, y no en la tele, para que pueda hablar y denunciar mi relato y mi historia. Al hacerlo público, entendí que la cosa todavía no había terminado, que toma otra relevancia para mí y para los demás. Al volverlo público, algo se sana porque el tema o la situación dejó de ser mía y ese peso se reparte.


WATT
Es una obra de danza contemporánea donde la mayor parte de lo que sucede es improvisación. Se estrena el viernes 29 de junio. Son siete funciones, todos los viernes a las 20.30 h en el teatro Sarmiento, parte del complejo teatral Buenos Aires.

PING PONG
Un momento de ocio: si lo tengo libre, la siesta.
Una comida: vietnamita.
Un lugar donde comer ese menú: Sunae, cantina asiática en Palermo.
Algo que suene en tus auriculares: Tom Yorke, Suspirium.
Una virtud: soy una nerd, muy constante y muy trabajadora.
Un defecto: varios (risas). Algo que intento trabajar mucho: el enojo. Me enojo cuando no coincido con las formas o maneras de otro.

"Soy parte de Actrices Argentinas y estoy muy comprometida y ocupada con eso”

 

Texto: Alejandra Bertolami /Fotos: Mariana Gatto /Estilismo: Julieta Astelarra y Teresa Grasset / Makeup: Lucía Jorge /Pelo: Max Jara

Comentarios

Enviá tu comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

Ingresar

Para ver nuestras Revistas, debe ingresar su e-mail