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El goce como derecho

Plantearlo y ponerlo en palabras: el ABC de la lucha feminista.

En tiempos donde el amor se pone bajo la lupa y se cuestionan sus formas, el goce femenino planta bandera y se hace escuchar. De eso charlamos junto a Luciana Peker y Tamara Tenembaum en el marco de Verano Planeta.

¿Se empieza a debatir una crisis de la monogamia? ¿La sociedad se plantea una deconstrucción del amor?
Peker: Me interesa pensar en la deconstrucción del amor, creo que esta no es sólo salir de la monogamia e ir a la pareja abierta por las dudas. En lo personal, la única pareja abierta que conozco es que un tipo abra la puerta y se vaya. Creo que hay una crisis del amor y del sexo, que tiene que ver con raíces más profundas, y lo que veo es que el poliamor se está usando por parte de muchos hombres para hacer como un “sincericidio” que ponga a las mujeres con las que está en pareja en situación de tener que aceptar que estén con otras personas a raíz de ello. Para nada me parece tampoco que el poliamor se termine en esas situaciones que vulneran los deseos de las mujeres. Sí, me parece que el amor plural y el salir de la monogamia es uno de los cuestionamientos al amor más interesantes que se hicieron.

La responsabilidad emocional…
Peker: Muchos de los casos están distorsionando por una idea de personas descartables, que no importan. Me gustó mucho lo que está escribiendo Brigitte Vasallo en España, Cadáveres emocionales. Estoy leyendo algo que publicará más adelante Antonio Rodriguez, un escritor español que me encanta y él defiende la posibilidad de los amores plurales. Gente que está buscando salir de la monogamia, sin lastimar y entendiendo que la monogamia es un planteo heterosexual donde el control es del deseo. Estamos buscando formas de salir del amor que no se reducen a que salir del amor clásico y convencional sea sólo tener más parejas sexuales. Hay un uso muy machista y del descarte de eso pero, a la vez, abre los cuerpos y las cabezas a opciones muy interesantes que no hay que descartar para nada.

Hablando de los hombres y de blanquear el “poliamor”, ¿la libertad nos presiona en ese caso?
Tenembaum: es un problema si es en modo imperativo. Yo no creo igual que sea en modo imperativo salvo en nichos muy diminutos. Pero sí, me parece y me interesa lo que dice Luciana, es el tema del fetichismo de las formas. Como si lo que importara del vínculo fuera un formato. No es eso lo que hace que un vínculo sea libre. La libertad de hecho, veo un montón de vínculos abiertos que están pendientes del teléfono, si contestó o no, si mirás el like a otro. Me parece que la libertad es otra cosa, tiene que ver con respeto, no poner al otro en una situación a la cual uno tiene que estar pendiente de lo que hacés. Generar esas manipulaciones en las cuales el otro tiene que estar desconfiando, pasa en vínculos monógamos y no monógamos. Eso es lo que a mí me parece terrible, entre otras cosas, como es aprovecharse del trabajo impago. Buenísimo si tenemos una pareja abierta, pero si yo hago todo el trabajo impago y, mientras tanto, vos estás teniendo sexo y yo estoy en casa, aunque mi vínculo en teoría sea abierto, no tengo tiempo. Hablé mucho con la gente de Amor Libre Argentina, es muy interesante el material y los talleres que producen en relación a cómo se da en la vida real.Yo no tengo hijos, pero algo que me encanta es a ver cómo funciona la pareja abierta con hijos. ¿Cómo funciona? Hay todo una logística. Me parece que está buenísimo conversar sobre formatos pero no tiene que pasar sólo por ahí. Tiene que pasar por la cuestión de respeto y por la cuestión de que el objetivo de la vida de una mujer no tiene que ser buscar un tipo. Para mí, tiene que pasar por ahí. Eso no significa que no busquemos vínculos afectivos, que no nos angustiemos cuando no nos mira el que queremos. Cuando dicen “ella está sola”, ¿está sola una mujer que no tiene un marido? Ya usar esas palabras implica ningunear a todas sus amigas que la bancan en todas. Esta buenísima la conversación de la apertura de los vínculos pero no es la única que hay que tener.

En tu libro, Putita Golosa, hacés hincapié en el derecho al goce, ¿creés que las mujeres estamos más conscientes de eso?
Peker: Me emociona mucho porque es el ABC de la lucha del feminismo. Es abrir la puerta a decirlo, a poder pedirlo y como decía Tami, (Tenembaum): no tener vergüenza. Creo que el derecho al goce es un derecho que reclamamos, es un derecho político. Creo que hay un fenómeno de la indiferencia de la mirada del varón, del “se van a quedar solas” que, por un lado es cierto lo que dice Tami (Tenembaum) sobre que no estamos solas y aún sí estamos solas, las amigas no son algo menor y los hijos no son algo menor. Creo que hoy, hay una nueva venganza machista de dejar de mirarnos como si no existiéramos como mujeres, como otras identidades sexuales y creo que lo difícil es: ¿dónde vamos a reclamar para que un tipo me mire porque a mí me gusta sentirme deseada? Haberlo puesto en palabras, en mi caso con Putita Golosa, Por Un Feminismo del Goce, con el libro de Tamara, El fin del amor, querer y coger, con el libro de María del Mar Ramón… hay una postura política y es que nos escuchen, porque lo estamos poniendo en palabras. Es salir del dolor individual y plantear la demanda del goce para empoderarnos de qué es lo que queremos y para que, si hay otros y otras que no nos están escuchando, puedan también sentir esa interpelación cuando en lo personal es tan difícil de hacerla.

Hablando de lo político, ¿qué creés que el nuevo gobierno debería incluir o hacer hincapié este año 2020?
Peker: Totalmente. Con relación al gobierno, espero y tengo mucha fe en que el aborto legal, seguro y gratuito sea ley en el año 2020. Creo que es muy importante la incorporación de un sistema de cuidado, que podamos no tener hijos si no queremos, que tengamos la posibilidad de un sistema público de cuidados para quienes tenemos o para quienes quieran tener hijos e hijas. Creo que es muy importante la reglamentación de la Ley Brisa, me interesa mucho que todas las víctimas de femicidios y, especialmente, de las situaciones más vulnerables, puedan tener acceso.

Con respecto a la ESI (Programa Nacional de Educación Sexual Integral), ¿se debe empezar a hablar sobre el derecho al goce?
Me interesa mucho la ESI en lo que vos decís, es muy importante. La ley necesita algunas reformas, especialmente, en los manuales del Ministerio de Educación de la Nación que se quedaron atrasados en muchos temas como los que tienen que ver con la diversidad sexual, en la educación para el placer, que el goce es un derecho… Creo que si los antiderechos son avanzados es porque saben que el goce de las ujeres, de las pibas, d las trans, no binarios, empoderan de una manera que no hay vuelta atrás y, entonces, sí creo que hay que reivindicar como educación sexual integral el derecho al placer.

Ahora, que se presentan juntas, ¿qué es lo mejor de presentarse en debate?
Tenembaum: es divertido. A mí me sirve. Me cansé de escucharme a mí misma y me encanta con Luciana, escucharla hablar a ella. Me divierte, me suma y creo que también le pasa eso a la audiencia. Siento que Luciana y yo pensamos parecido en un montón de cosas pero en otras cosas me ilumina en algo que yo no pensé. Creo que eso está bueno. Un debate también es esto: aprender, escuchar a alguien que piensa cosas parecidas a vos pero desde otro lugar.
Peker: pensar en conversación como nos enseñó Rita Segato. Me encanta pensar entre mujeres. Las editoriales todavía no saben bien qué hacer con esto del fenómeno feminista en los libros, pero nosotras sí sabemos qué hacer, y es ser sororas.

Hablando de sororidad, ¿qué opinan sobre lo sucedido con Jimena Barón? Tanto sobre el tema de los derechos en la prostitución como con salir al choque contra ella…
Tenembaum: mi postura no es abolicionista. Es un tema sobre el que tengo dudas y certezas muy provisorias y me parece que yo, como una persona que ni es especialista ni estuvo nunca en la situación de decidir si quería prostituirse o no, me corresponde el orden de escucha. Es un tema que hay que discutir, discutir la mejor situación para las chicas que estén en trabajos sexuales, para las que quieren y las que no, hay que discutir en situaciones de respeto y político. Después lo que le hicieron a Jimena (Barón), me parece atroz, por donde se mire. No tenemos que alimentar esos estilos de discusión, esos estilos de agresividad. Cuando un rapero se muestra preso en un videoclip nadie le dice nada. Nadie dice: “mirá como banaliza las cárceles”. Nadie dice nada y pasa todos los días. Las mujeres siempre hacemos algo que es una falta de respeto. Sobre lo que hizo Jimena, te puede gustar más o te puede gustar menos, pero está en el terreno de la ficción. No le hizo nada a ninguna mujer. Te guste más o menos, es ficción de una campaña. Te puede parecer mejor gusto o peor gusto, pero no pasa de ahí. Si te pareció de mal gusto, de ninguna manera el mal gusto amerita lo que pasó. Entonces, me parece que nosotras mismas tenemos que aflojar con esos estilos de discusión. En las redes sociales, tirás algo y no sabés el impacto que puede tener. Discusiones con hinchada. Es atroz y hay que cortarlo de raíz.
Peker: lo que pasó con Jimena (Barón) es un fracaso del feminismo. Trabajo desde hace muchos años para que las pibas salgan de la violencia, para que puedan trabajar, para que ganen dinero, para que puedan bailar y divertirse. Jimena, ahora está mal, quebrada, no pudo trabajar, tuvo que suspender recitales, perdió plata, perdió salud y eso es un fracaso. No hay discusión que amerite eso. Mi postura personal, más allá de que tiene muchísimos vaivenes y tiene la letra chica, más que nada de trabajo periodístico de muchos años es que yo respeto a las trabajadoras sexuales. Hice muchísimas notas sobre los cartelitos y sobre las redes de trata. Mar del plata es un punto focal o ha sido, muy claro de trata de personas. No sólo no banalizo, sino que se puede googlear la cantidad de trabajo. Se lo puedo decir, y sé que ella es capaz de escuchar porque lo ha hecho y puedo marcarle un error, igual que a cualquier pibe o piba, hijo, colega, persona. Un error no amerita esta caza de brujas que es esto lo que buscan, algo que yo discuta no es algo que amerite que una mujer deje de trabajar. Yo no estoy de acuerdo con los papelitos, puedo contar todos los casos de trata, las causas judiciales y eso hice siempre. Pero yo, quiero que siga cantando, que pueda equivocarse y pueda levantarse. Que no se pierdan derechos, que el feminismo no pierda el foco y deje la crueldad de lado.

 

Por: Alejandra Bertolami / Fotos: cortesía prensa.

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