“Sé el cambio que quieres ver en el mundo”, rezaba Mahatma Gandhi y, aunque lo leíste o te lo dijeron miles de veces, siempre es más fácil verbalizarlo que ponerlo en práctica.
Un día, cuando el sol todavía se hacía notar, aproveché para pasar de la palabra a la acción junto con mi hija (porque se cría con el ejemplo) y la acompañé a juntar basura a la playa. Si bien siempre le explico sobre las formas en las que podemos ayudar al planeta y tratamos, en la mejor medida, de realizarlo puertas adentro, lo externo todavía lo veía más lejano. O sea, me quedaba en la queja: me molestaba la caca de perro, pero no me animaba a hablarle al dueño para que la junte, me quejaba de la suciedad en la playa pero no la recogía (“porque no lo había tirado yo”). Pasar del decir al hacer ya es un gran paso, por más simple que sea la misión. En esta nota, te proponemos soltar la queja y despertar la acción.

Ya despiértate nena
Darse cuenta es comenzar a despertar y los cambios iniciados en la consciencia son los que nos trascienden. Según la teoría de la resonancia mórfica del biólogo Sheldrake, las personas se interconectan a la distancia y siempre que el miembro de una especie aprende un comportamiento nuevo, cambia el campo morfológico de esa especie y, si ese comportamiento se repite a lo largo del tiempo, afecta a la especie entera. En palabras del autor, significa que un hábito aprendido por una persona puede transmitirse y afectar la epigenética de otra persona sin que tenga que ser heredado. Así, lo que hacés, decís o hasta lo que pensás (¡ojo con el poder de los pensamientos!) puede influir en otra persona. Si yo acostumbro a recoger la basura cada vez que la veo, realizaré un cambio también entre mis pares. Para cambiar en el plano exterior, hay que ponerse a trabajar para cambiar el interior. Revolucionar nuestro día a día, accionar frente a lo que nos incomoda y cambiar uno, para que todo cambie.

Revoluci- ON
La revolución es un cambio profundo y el nuestro nace desde bien adentro. Desde siempre, la mujer luchó por conquistar derechos y, hoy en día, estamos viviendo una etapa de fuertes transformaciones que nos tienen como protagonistas. Así, durante el 8M, el colectivo Ni una menos se hizo notar expresando los motivos del Paro internacional de mujeres: “Frente al fascismo neoliberal y colonial que quiere redoblar sus violencias, nosotras y nosotres paramos. Paramos porque nos mueve el deseo de revolucionar nuestras vidas. Paramos porque sabemos que se va a caer. Al patriarcado lo estamos derrumbando desde abajo”. En palabras de Claudia Lucchetti, “ser revolucionaria es alterar algo, es crear una perturbación en lo cotidiano o en lo que está instalado, con la intención de generar un cambio” y de eso, las mujeres sí que sabemos. Todos los días tenemos nuestras batallas cotidianas y quizás es tiempo de accionar, aunque sea, en lo más pequeño: dejar de hacer algo o dejar de permitir un trato o destrato, cambiar algo que no nos gusta o ponerle un freno a esa incomodidad que vamos pateando para adelante. Salir a la calle, contagiarse de la energía de una par y pelear por lo que una considera justo.

Mujeres en acción
Mientras Miss Bolivia acciona su voz cantando “Si tocan a una, nos tocan a todas/
El femicidio se puso de moda”, Macarena Sánchez lidera la lucha por la profesionalización del fútbol femenino en Argentina, logrando meterle un gol a la AFA. Dolores Fonzi agita su pañuelo verde peleando con garra por el derecho a decidir. Thelma Fardin ya no calla su herida y hace entender que no es no. Ofelia Fernández habla y deja mudos a todos con sus poderosos dieciocho años. Eva De Dominici se calza un vestido que habla por sí sólo gritando por el aborto legal en una entrega de premios, mientras que en un programa de televisión, no le tiembla la voz al revelar un abuso a sus dieciséis años. Las mujeres accionan, se expresan, se contagian y crean una sinergia poderosa que se expande. Vos, ¿en qué sentís que estás ejerciendo un cambio?

Trabajá el AHORA
En vez de castigarte por lo que no tuviste o no pasó, date luz y chance para vivir, crear, brillar, así implique empezar de cero, salir de viejas formas para ingresar al código sueño. “Es tiempo de distinguir lo que verdaderamente es importante en tu vida, sin quedar anclado en la queja de lo que no pudo ser”, expresa Claudia. La queja es algo que suele arrastrarse de generación en generación y nos hace estancarnos en vez de accionar. Solemos culpar al otro por algo que nos acongoja o que no sabemos resolver y luego terminamos repitiendo esos patrones, “soltar definitivamente el rechazo y la queja es el gran paso para una vida en libertad. Crecer, es soltar la queja, la acusación para ser responsables absolutos de nuestros actos”, concluye Claudia.

Date el valor que merecés
Revolucionarnos también es darnos cuenta del valor que tenemos y empezar a creer más en nosotras mismas y menos en la opinión o visión del otro. Ahora es el momento de abrazar todo lo nuevo desde dentro. Según Lucchetti, es tiempo “para ver lo que no podías ver antes. El 2019 es un año para revelar eso que estuvo en sombra en nosotros durante tanto tiempo. Que no nos animábamos a proponer porque estábamos acorazados en supuestas ‘formas seguras’, leales a ellas, que nos impedían conectar con nuestro verdadero deseo de ser quienes somos y no la obediencia de lo que supuestamente debemos ser”.

Tarea para el hogar: elevá tu autoestima

Sentite power: visualízate poderosa, ponete (¡al menos una vez en la vida!) a vos misma en tu lista de prioridades.
Cambiá el chip mental: la “voz interna” puede auto boicotear, pero tenés que intentar salir de eso lo más rápido posible. ¿Cómo? Respirá profundo, visualizá en positivo todo y salí a hacer un rato de ejercicio o una caminata para despejarte.
Eliminá la palabra “duda”: muchas veces nos cuesta dar el “salto”, porque no confiamos en nuestras capacidades. Olvidando que tenemos que ser nosotros mismos los que primero confiemos en nuestro propio poder. Sentite segura: cuando uno toma una decisión, aunque haya barreras que saltar, se puede, y siempre, pero siempre, hay gente que te va a dar una mano. “La forma de creer en uno mismo es haciéndonos devotos de nuestro accionar sin juzgar, ni criticar, ni quejarse. Sólo manteniendo la confianza en el permanecer leales a nuestras elecciones, siendo y haciendo conforme a nuestro deseo”, expresa Claudia Lucchetti.

Educá sin comparaciones
Es tiempo de dejar de compararnos y, para entender eso, debemos aprender de los niños: “un niño posee un espíritu abierto que es increíble. No juzga en absoluto, no conoce ningún ismo, como racismo, sexismo, edadismo. Tampoco conoce ninguna jerarquía, para él no hay jerarquía entre las asignaturas. Coser y aprender matemática son igual de importantes para su mente. Eso es una unión sin comparación”, explica el escritor André Stern. Nosotros, los adultos, solemos comparamos con gente de características “similares”, porque nos movemos en manada con personas de ciertas similitudes y así “somos comparables y, cuando somos comparables, nos comparamos y, cuando nos comparamos, nacen la competencia y la competitividad. Es decir, la peor forma de socialización que podría existir”, añade el escritor. La competencia debe quedar obsoleta y esa debe ser nuestra misión, hermanarnos aún más y dejar de ver al otro como un rival y para verlo como una sinergia, creer en quienes somos y en lo que tenemos, sin pensar en seguir adquiriendo, sino valorándonos desde nuestro contenido, sin competencias ni comparaciones.

 Es tiempo de distinguir lo que verdaderamente es importante en tu vida, sin quedar anclado en la queja de lo que no pudo ser

QUÉ LEER
La libertad de ser quien soy, de Pilar Sordo: la psicóloga les hace frente a todas las preguntas referidas sobre la libertad, entendiendo que ser libre es básicamente vivir de manera consciente y sin miedos. Aunque el camino hacia la libertad tenga muchas barreras, vale la pena incursionar, superar mandatos y vencer culpas y miedos. Este libro promete ser el mejor aliado en tu mesa de luz.

A QUIÉN SEGUIR
@gretathunberg: es una estudiante y activista sueca. En agosto de 2018 se convirtió en una destacada figura dentro de las huelgas estudiantiles realizadas en las afueras del Riksdag (Parlamento sueco), generando conciencia sobre el calentamiento global.Falta a clase para protestar contra el cambio climático, fustiga a los líderes mundiales por no hacer lo suficiente y dice que su autismo la ayuda a entender lo que implica salvar el planeta.

QUÉ ESCUCHAR:
Tomate el palo, de Miss Bolivia
Se quema, de Jimena Barón
Ella, de Bebe.

Especialista consultada
CLAUDIA LUCHETTI
Decodificadora y coach
@claudialuchetti