Entrevista
Entrevista | Nota de tapa

Rescatá tu esencia femenina

Es hora de mirar para adentro y sacar al mundo lo mejor de vos.

Ser mujer no tiene buena prensa. Muchas veces se nos considera cambiantes, hormonales, impredecibles, brujas, charlatanas, y muchas cosas más.
Ser mujer sigue siendo un tema de debate en cuanto a lo que podemos lograr, hasta dónde debemos llegar y de qué forma debemos hacerlo.
Ser mujer es, aún hoy para muchos, sinónimo de madre dedicada y atenta, sin importar que muchas decidan no serlo y otras, simplemente, no puedan.
Ser mujer pareciera tener que ver con llevar a cabo una vida repleta de obligaciones propias y ajenas que deben ser realizadas de manera amorosa y cuidadosa.
Ser mujer es todavía un misterio para muchas de nosotras.

¿Existe “lo femenino”?
Desde que se planteó la liberación femenina y el mundo empezó a percatarse de que las mujeres son capaces de lograr las mismas cosas que los hombres, persiste el interrogante acerca de si realmente existe algún tipo de disparidad entre los dos sexos.
La única diferencia evidente, según varias corrientes y pensadores, es la de poseer órganos sexuales distintos y la posibilidad de la mujer de concebir y llevar un hijo en su vientre. Según la psicóloga Ana Ostrovsky: “La feminidad es principalmente una construcción histórica. Ello implica que en distintas épocas se han establecido un conjunto de atributos como, por ejemplo, la ternura y la candidez que luego se ‘naturalizan’ y se presentan como parte de una ‘esencia femenina’ inmutable”. Por su parte, la antropóloga Laura Golpe describe: “No hay feminidad, hay muchísimas maneras. El estereotipo de la feminidad es tan grande que si sos mujer vas a tener que comportarte de determinada manera, tener determinadas prácticas sociales y actitudes”.
Según esta óptica, feminidad sería lo que en cada momento, en cada geografía y de acuerdo a cada clase social se piensa como inherente a las mujeres. “Desde mi óptica no es una esencia o una naturaleza atemporal. Tradicionalmente se asocia con la pasividad, la preocupación por la belleza física, el cultivo del amor maternal, la tolerancia y la sensualidad, entre otras”, detalla la psicóloga Ostrovsky.

El lado F
Sin embargo, para muchos otros autores y teorías sí existen en la mujer rasgos propios que trascienden culturas y vienen, en mayor o menor medida, con el nacer del “ser” femenino. Un ejemplo de esto es el principio del ying y el yang, acuñado en la filosofía china, en el que cada género posee ciertas características, aunque puedan poseer algunas del otro y viceversa, generando un equilibrio mediante la complementariedad entre ambos. En este fundamento, todo ser humano tiene un lado masculino y uno femenino. Lo masculino (yang) se vincula con el hacer, pensar, dirigir, obtener resultados, plantearse objetivos. Lo femenino (ying) es receptividad, intuición, agudeza sensorial y emocional.
Otra defensora de este término y una de las más férreas defensoras del feminismo es
Annalinde Nightwind que define “lo femenino” como aquello que nos hace mujeres y no hombres. “Hay muchas mujeres que rechazan lo femenino por múltiples razones; en realidad, se sienten semiavergonzadas de su propia feminidad. Nosotras pensamos que nuestro ser humano se define en cuanto a nuestra feminidad, se esencializa en ese ser femeninas”, explica.

Nuestro ser humano se define en cuanto a nuestra feminidad, se esencializa en ese ser femeninas”, Annalinde Nightwind.

Únicas en nuestra especie
Según la escritora Clarissa Pinkola Estés,dentro de cada una existe una mujer salvaje que hay que dejar salir. En Mujeres que corren con los lobos describe que en ellashabita una fuerza interna que se fue perdiendo a lo largo de la historia: “Es intuitiva, apasionada, indómita, es, sobre todo, una fuerza que regala a las mujeres la certeza de estar haciendo lo correcto, sea esto lo que fuere, cuando se dejan guiar por ella”. Es tácita y visceral; se la puede llamar naturaleza instintiva, psique natural o naturaleza intrínseca.
Marion Woodward, una de las psicólogas más leídas a lo largo de la historia referente del tema de lo femenino, sugiere algunas características de la energía femenina:
- Prefiere el proceso al resultado, disfrutando del placer del viaje, al contrario del estilo masculino de ir en línea recta hacia la meta.
- Agudeza emocional y sensorial, y disponibilidad voluntaria para seguir la experiencia corporal, en lugar de escuchar únicamente al pensamiento.
- Receptividad, mientras que lo masculino es rápido para actuar.
Por su parte, la reconocida psicóloga chilena Pilar Sordo también atribuye a la esencia femenina “todo lo que tiene que ver con lo retentivo: retener líquidos, celulitis, estreñimiento, tener excelente memoria, tener problemas para tirar cosas”.

 “Lo que propongo es la feminización de la sociedad: el uso de la naturaleza femenina como fuerza positiva para cambiar el mundo. Gracias a la inteligencia y a la conciencia femeninas podemos convertirnos en una sociedad esencialmente orgánica y no competitiva, basada en el amor y no en el raciocinio”, Yoko Ono.

Buscando aquella mujer
El modelo de mujer que se impone en estos días es aquel relacionado al multitasking, a la independencia, a la fuerza de poder con todo. En el libro El corsé invisible, las autoras, una periodista y la otra filósofa, describen la consecuencia de esto: “La suma de los dos papeles, ama de casa y trabajadora, supone una carga excesiva que impide a la mujer un verdadero desarrollo. Extenuada, ha perdido el espacio reservado a su feminidad, a su deseo, a sí misma e incluso a su pareja, que ocupa el último lugar en una jornada interminable”.
Laura Golpe plantea que el tema de las mujeres multifunción es un invento de la sociedad actual.“¿Por qué no pueden ser equiparadas las funciones? ¿Por qué no se disuelve la jerarquía? (hombre dominante). Esta cuestión de ganar terreno no es adquirir nuevos roles para tapar los otros a ver qué avanzadas que estamos”, cuestiona.
Por su parte, Connie Zweig, en el libro Ser mujer describe lo siguiente: “En la primitiva transición de la conciencia matriarcal a la conciencia patriarcal se sacrifica y abandona lo femenino. Tanto en los hombres como en las mujeres, es expulsado de la conciencia y se sumerge para pasar a ser parte del mundo de la sombra”.
Annalinde Nightwind también advertía:“El juego político del mundo moderno se basa en el presupuesto de que la feminidad es algo irreal y artificial. Es dogma de fe que los hombres y las mujeres son fundamental y esencialmente iguales e idénticos, así como que todas las diferencias, excepto las obviamente físicas, son resultado de un condicionamiento. Todo el moderno sistema educativo asume sin crítica este presupuesto, así como las políticas gubernamentales. Si esto es cierto, estas políticas evidentemente serían inofensivas; pero si la premisa es falsa, entonces estamos dañando a generaciones enteras de mujeres y niñas (y también de hombres y de niños) por su inserción en una serie de modos que les son inapropiados por su misma naturaleza, fabricando un abismo entre educación y naturaleza que no puede sino producir en lo femenino una desventaja artificial difícil de erradicar”.
Hoy, gracias a los avances de estudios en distintas áreas, a búsquedas de nuevos caminos alternativos a los impuestos, es posible pensar en un nuevo modelo social en el que cada mujer pueda desarrollarse en la libertad de su individualidad, aprendiendo de los errores, descifrando los mensajes y verificando qué es lo mejor para cada una, en cada situación particular.
En su libro Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer, la obstetra y ginecóloga Christiane Northrup cuenta: “Me di cuenta con mucha rapidez de que los sentimientos, la intuición, la espiritualidad y todas las experiencias de la vida que no se pueden explicar con la parte lógica y racional de nuestra mente ni se pueden medir con nuestros cinco sentidos, se desatienden o se descartan. El sistema adictivo tiene miedo de las reacciones emocionales, y valora muchísimo el dominio de las emociones, porque está desconectado de ellas. El cuerpo femenino, desde hace milenios asociado a los ciclos y sujeto al flujo y reflujo de los ritmos naturales, se considera particularmente emocional y necesitado de control.Toda nuestra sociedad funciona de maneras que nos mantienen desconectadas de lo que sabemos y sentimos”. Según la doctora, es por esto que se producen muchas de las enfermedades y adicciones.

“Hombres y mujeres son distintos y ellas no deben renunciar a su feminidad para lograr la igualdad”, extracto de El corsé invisible.

Conciencia femenina
Repensar el término feminidad es una tarea que nos toca a todos. “Esta es una buena oportunidad, sobre todo por la posibilidad de poder reconstruir la feminidad, una identidad, una forma de hacer, de sentir, de ver el mundo y relacionarse con las demás personas”, opina la terapeuta Ariadna Sierra.
Para eso, deberíamos replantearnos si es, como algunos dicen, que este neofeminismo retoma algunos principios del patriarcado o si, a diferencia de este, encuentra rasgos distintivos entre los géneros y le da la debida importancia al lugar de cada uno.
La licenciada Ana Ostrovsky apunta: “Es necesario darnos cuenta de que como mujeres tenemos nuestra propia historia, nuestra particular situación social, nuestros propios ciclos y todo ello no debe negarse o neutralizarse en pos de ideales definidos principalmente por otros”.
Por su parte, Ariadna Serra agrega: “Hay una necesidad de las mujeres de encontrar su identidad y lugar en el mundo y sentirse orgullosas de ello. Y puesta ya, creo que hay una necesidad del mundo entero de hacer las cosas de otra manera, sin hostilidad ni competencia ni violencia”. “Recuperar la esencia femenina pasa por recuperar la dignidad y sacralidad de ser mujer, el contacto con la tierra y con los ciclos. ¿Cómo vamos a recuperar nuestra esencia si no respetamos todo lo que se parece a nosotras?”, remata.

El objetivo tiene que ser la recuperación de las bellas y naturales formas psíquicas femeninas y la ayuda a las mismas”, extracto de Mujeres que corren con los lobos.

 La construcción de nuestro propio ser es tan íntimo e irrepetible que no queda otra que buscarlo a conciencia

Bienvenida a vos
Podemos, entonces, pensar que no todo en nosotras es cultura y no todo es naturaleza. Que la construcción de nuestro propio ser, femenino o masculino, es tan íntimo e irrepetible que no queda otra que buscarlo a conciencia, aprender nuestras fortalezas y nuestras debilidades, experimentar lo positivo y lo negativo, para sentirnos a gusto y en paz con nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Autovalorarnos y redefinirnos, sin necesidad de oponernos al sexo opuesto, día a día, y según nuestra propia vara.
Es necesario volver a abrazar, de alguna manera, nuestra propia naturaleza. “Una vez que la hayan recuperado lucharán con todas sus fuerzas para conservarla, pues con ella florece su vida creativa, sus relaciones adquieren significado, profundidad y salud; sus ciclos sexuales, creativos, laborales y lúdicos se restablecen; ya no son el blanco de las depredaciones de los demás, y tienen el mismo derecho a crecer y prosperar según las leyes de la naturaleza.”, escribe Clarissa Pinkola Estés en su best seller.
Si es que lo femenino tiene que ver con sensibilidad, emoción, empatía, bienvenido sea a este mundo que lo necesita por demás. Si lo cíclico es parte de nuestras vidas, aprendamos a sentirlo, a encauzarlo, porque solo de esa forma sentiremos total confianza para enfrentar cada día con la energía que poseemos y la certeza de hacia dónde queremos llevarla.
Ser excelentes profesionales, las mejores amas de casa del mundo o madres presentes y conscientes, es posible mientras seamos fieles a nosotras mismas. Solo una vez que tengamos claro quiénes somos, podremos lograr todo lo que nos propongamos, generando a nuestro paso, todo lo bueno que una mujer puede dar.

 “Quiero ser libre, para sentir de la forma en que me siento. Hombre,¡me siento como una mujer!”, Shania Twain.

 “Hay una necesidad del mundo entero de hacer las cosas de otra manera, sin hostilidad ni competencia ni violencia”, Ariadna Serra


Mujeres por dentro

• Receptividad
• Intuición
• Creatividad
• Subjetividad
• Emoción
• Valoración del proceso
• Globalidad
• Ser, estar, sentir


Cuerpo de mujer
“Según las filosofías orientales, el cuerpo de las mujeres difiere del de los hombres en que la energía de la Tierra sube por nuestro cuerpo y lo penetra. Esta energía femenina «atrae hacia dentro», es una fuerza centrípeta, y es irresistible. Atrae la energía de la Tierra, entra por los pies y sube hacia el útero, los pechos y las amígdalas”.
Extracto de Cuerpo de Mujer, Sabiduría de Mujer de Christiane Northrup.

ESPECIALISTAS CONSULTADAS
Dra. Ana Elisa Ostrovsky
Doctora en Psicología, Profesora Titular de la cátedra Historia Social de la Psicología de la UNMdP, Investigadora CONICET.
anaelios@gmail.com
Ariadna Serra
Terapeuta holística especializada en salud femenina
www.naturlezayesencia.wordpress.com
Lic. Laura Golpe
Antropóloga, especialista en Sociología
Laurairene_golpe@yahoo.com.ar

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