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Carla, coqueteando con lo popular

Con una carrera exitosa que llegó hasta Hollywood, volvió para echar raíces en Argentina , donde por fin se siente plena como mujer y como actriz.

Quizás hoy sea más reconocida en nuestro país, por su protagónico en El Maestro. Sin embargo, el éxito de Carla Quevedo viene creciendo desde hace años. Luego de su participación en El secreto de sus ojos, decidió probar suerte en Estados Unidos. Claro que la suerte estuvo de su lado, porque su talento la atrajo; así formó parte de películas de Hollywood como Affluenza, Youth in Oregon y How to be single. Hoy, instalada en Argentina, nos cuenta cómo está viviendo el éxito en su país.

Tu bio en Twitter dice “Actriz que triunfa poco en EEUU”, ¿sos de reírte de vos misma?
Soy de reírme de los demás y, cuando digo de los demás, me refiero a mí misma. Me causaba mucha gracia que en varias bios había leído cómo triunfan en tal cosa que, en general, no lo escriben los propios actores, sino sus representantes. Por eso me parecía gracioso poner que "triunfa poco" porque era lo que estaba pasando. Prefiero reírme primero de mí misma a que se rían los demás.

Se nota que sos una mujer a la que la fama poco la mueve, ¿cómo te sentís con esta explosión de popularidad?
La verdad que la fama es algo que nunca me movió, no es un fin en sí mismo Entiendo que poder hacer lo que a mí me gusta acarrea cierta popularidad y, bueno, de a poco me voy haciendo la idea de eso. No porque lo popular sea malo, todo lo contrario, me parece genial. A mí, porque soy una persona insegura —aunque parezca irónico— me cuesta estar en el ojo de la gente, hasta yo me río de eso. Obviamente que estoy muy contenta con todo lo que está pasando y con la repercusión que tuvo El Maestro porque, aunque esa popularidad me pudo incomodar en ciertas situaciones cotidianas porque soy tímida e insegura, también me acerca más al objetivo, que es poder laburar en cosas que le lleguen a la gente, porque también de eso se trata la profesión.

¿Y cómo manejás la exposición siendo tan tímida e insegura?
Yo hago una lucha constante por tratar de valorar las cosas positivas, tanto en lo público como en lo privado, pero esta cuestión más popular me está dando cancha. Tengo la suerte de que en Instagram, donde uno se expone un montón, subo una foto y me llegan más de cien comentarios positivos. Pero de golpe leo uno negativo y el hábito automático es el de responder a la crítica. Después, uno se detiene a pensarlo y es injusto, no sólo para aquellos que me mandan mensajes lindos, sino también para conmigo misma.

 “Prefiero reírme de mí misma antes de que se rían los demás”

Se sabe públicamente de tu trastorno de ansiedad, ¿cómo hacés para llevar el día a día de un laburo tan demandante?
La verdad, el laburo me ayuda mucho al equilibrio por el hecho de tener una rutina y hace que la cabeza no tenga tanto tiempo para enroscarse en sí misma. Si bien muchas veces el trastorno de ansiedad o la depresión pueden llegar a un punto en el que limitan o dificultan el tener una vida “normal", creo que después de muchos años de trabajo estoy en un buen momento con respecto a eso.

En tu carrera, ¿creés que te beneficia o te limita?
Si bien me limita en otros aspectos y es difícil, es un sufrimiento que no hay que menospreciar, a la vez me ayuda a crecer, a valorar un montón de cosas y la verdad es que en el trabajo lo vuelvo capital en un punto. Tener ese mundo emocional tan al borde me termina ayudando en la construcción de la ficción. Durante mucho tiempo me daba culpa, hasta que un día dije “Bueno, si este jugador va a estar en mi cancha, mejor que esté en mi equipo” y abrí como una puerta para poder utilizarlo a mi favor, y no sólo siento que crecí mucho como actriz, sino también como persona. Es como abrir una canilla y dejarla correr, siempre que se expresan esas emociones hay también un alivio físico y emocional.

¿Qué consejo le darías a alguien que sufre un trastorno como el tuyo y no se siente cómodo con él o no quiere hacerlo público?
No soy nadie para dar un consejo, puedo hablar desde mi experiencia, que tiene que ver primero con el desestigmatizarlo. Las enfermedades mentales están muy estigmatizadas y es algo de lo que no se habló durante mucho tiempo: la gente le tiene vergüenza al prejuicio, a la exclusión… La única manera de tratar eso es hablándolo y sacándolo al frente. Se puede tener una carrera profesional, un romance, una familia… Las limitaciones se las impone uno mismo.

“Estoy en un momento en el que me siento mucho más definida como mujer, más cerca de las cosas que quiero profesionalmente y de quererme a mí misma”

¿Qué significa para vos trabajar en tu país viniendo de trabajar en grandes producciones hollywoodenses?
Para mí estar en una serie en mi país es lo más grande que hay. Laburar acá tiene algo de la raíz que es muy gratificante, el reconocimiento en el lugar propio tiene otro sabor que esta buenísimo. Me pone contenta, porque hay una industria muy linda, y me pone feliz ser parte de eso con un proyecto tan bello como fue El maestro o El hipnotizador este año.

Estás por cambiar de década, ¿cómo lo vivís?
El cambio de década lo vivo con mucha expectativa, me parece que no es la crisis de los 30, sino el crecimiento de los 30. Aunque toda crisis te lleva a un periodo de crecimiento, eventualmente. Estoy en un momento en el que me siento mucho más definida como mujer, más cerca de las cosas que quiero profesionalmente y de quererme a mí misma. Así que espero los años que vienen con muchas ansias y alegría.

Nuestro número de diciembre trata sobre arrancar el año con energía positiva, ¿con qué energía cerrás el año 2017?
Cierro el 2017 con una energía hiperpositiva. Este último año, sobre todo, fue muy positivo: logré varios objetivos que me había propuesto no sólo en lo profesional sino también en lo personal. Yo hace varios años que tenía la necesidad de tener un hogar, de sentirme más arraigada en algún lado. Tal vez esta dinámica de vivir en Estados Unidos no me ayudaba tanto, porque nunca estaba más de tres meses en una misma ciudad. Este año se dio esto de encontrar mi lugar y, junto con eso, vinieron otras cosas muy lindas que tienen que ver con el amor, la familia, la amistad y el trabajo. Así que cierro el año con un balance superpositivo y ojalá que el año que viene sea tan bueno o mejor.

PING PONG
Un coequiper: mi perro, sin dudas (risas), pero para laburar tengo muchas ganas de trabajar con Dolores Fonzi.
Una frase de cabecera: no te empaches.
Un amor platónico de la infancia: Nick Carter, de los Backstreet Boys.
Una experiencia inolvidable: fin de año con Yoko Ono.
Un viaje: Tulum con todos mis amigos.
Tres cosas que te llevarías al más allá: mi perro, un par de libros y sushi.

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