Moda
Moda | Tendencias

Entre virus y reclamos

El activismo social y ambiental tiñó las pasarelas parisinas en su última edición del Fashion Week. En medio de la convulsión por el Coronavirus, las marcas no dejaron de mostrar lo que se viene.

Del 24 de febrero al 3 de marzo se llevó a cabo, como todos los años, la semana de la moda en la ciudad de París. Una vez más, las marcas más grandes del mundo presentaron sus colecciones de prêt à porter otoño/invierno 2020-2021 en la ciudad de las luces. En medio de una semana en donde el COVID-19 fue la noticia reinante, muchos invitados a concurrir a este emblemático evento, decidieron dejar la ciudad con anticipación e incluso fueron motivados por las agencias de comunicación de marcas como Chanel o Louis Vuitton a ver el show “desde sus casas”. Dentro de este contexto la creatividad y el “saber hacer” parisino fueron una manera de escapar del fatalismo.

Pasarelas del feminismo

El show que abrió la semana fue el de Dior, firma que puso en valor la militancia feminista en la pasarela con carteles luminosos donde se hacían visibles mensajes como: “todas somos mujeres clitoridianas”, acompañados de palabras tales como: “represión”, “consentimiento”, “patriarcado”. Los carteles convivían con los diseños de las prendas que fueron creadas tomando elementos claves de la década de los 70 con el objetivo de hacer referencia a la revolución de los sexos y el empoderamiento femenino.

Otra de las marcas que se inspiró en este tema fue Celine, en su desfile se pudo ver como la firma tomó elementos relacionados con la igualdad de género. Bajo la dirección de Hedi Slimane, se optó por desarrollar prendas unisex donde resaltaban los pantalones de cuero, los sacos danddy y las camisas victorianas con volados en el cuello. Las tipologías, los textiles y el entalle de las prendas buscaban la androginia.

Del rock al fem más puro

La mítica firma Yves Saint Laurent encontró la inspiración en sus orígenes re-versionando las tipologías propuestas en los años 90 por la marca bajo una atmósfera rockera y dándole relevancia al color a partir de prendas adherentes construidas con textiles engomados. Kristina Fidelskaya, presentó una colección que enfatizaba lo femenino, la delicadeza y la sofisticación en tonos neutros, como el blanco, el negro y los colores crudos, agregando algunos acentos de color. En el desfile se pudieron ver abrigos deportivos durante el inicio y a medida que el mismo iba avanzando las prendas se iban complejizando derivando en trajes de estilo danddy y diseños en cuero abarcando las tipologías de chaquetas y corsés para luego terminar con unos vestidos monumentales con faldas de mucho vuelo decoradas con plumas.

El cambio climático preocupa a todos

En el transcurso de la semana, se hizo evidente que el cambio climático y la conciencia ecológica tuvieron un lugar central a la hora de las puestas en escena y en muchos casos hasta fue un el disparador creativo para la colección. Maison Margiella basó su desarrollo en el concepto “reciclar, resignificar y reconstruir”. Por su parte, Balenciaga, realizó una puesta que fue la joya de la semana poniendo en primer plano el cambio climático dentro de una atmósfera apocalíptica. El desfile comenzó con una suerte de “luto al medioambiente”, en donde los modelos caminaban sobre el agua de una pasarela inundada, vistiendo prendas en color negro, con líneas muy puras, tipologías holgadas y de largos modulares similares que cubrían todo el cuerpo. La puesta iba evolucionando a

lo largo del desfile pasando por diferentes climas, desde el incendio, compuesto por prendas de colores vivos y brillantes, al congelamiento donde se podían apreciar conjuntos más “tecno” y prendas anatómicas. Otra de las marcas que una vez más alzó la voz para manifestar esta toma de consciencia, fue Stella McCartney. En esta ocasión, la recepción de los invitados estuvo a cargo de personas vestidas de animales; conejos, perros, vacas, entre otros, quienes entregaban a los invitados pequeños arbolitos a modo de souvenir e incentivaban a plantarlos posteriormente para equiparar el dióxido de carbono que sería emitido durante el show. Los abrigos tipo trench, las prendas holgadas con mucha estructura en cuero y piel artificial, acompañadas de accesorios con formas de animales, fueron los destacados de la colección.

Nada detiene a la industria

Finalmente, a pesar de los rumores de cancelación de algunos desfiles del 3 de marzo, en relación a la epidemia del Coronavirus, Chanel fue una de las encargadas de cerrar como suele hacerlo en el Grand Palais. En esta oportunidad, la puesta fue bastante minimalista, sin hacer referencia a ningún tema en particular y evocando a la simplicidad. Los invitados al desfile se acomodaron en gradas irregulares de color blanco con bordes negros. Para la ocasión, la marca mostró sus clásicos trajes de dos piezas en tweed generando diferentes tipologías y haciendo siempre referencia a su sofisticada estética parisina. Horas más tarde, Valentin Yudashkin presentó su colección en uno de los salones del Hotel d’Evreux, con vista directa a la Place de la Vendome. La misma, estuvo basada en la deconstrucción del clásico traje masculino, re-significándolo y dándole un aspecto más femenino transformándolo en faldas, abrigos o vestidos.

Moda de actualidad

Ese mismo día por la tarde, Louis Vuitton cerró la semana en el Cour Carrée du Louvre. Su colección fue concebida bajo el lema “la moda como reflejo del presente”. En esta ocasión, la firma convocó a Milena Canonero, una reconocida vestuarista de cine ganadora de cuatro premios Óscar, quien es recordada por su trabajo en el vestuario de la película La Naranja Mecánica. La vestuarista, colaboró con la puesta del desfile vistiendo a un coro de 200 personas con trajes inspirados en distintos períodos de la historia abarcando desde el siglo 15, hasta los años 1950. Este grupo de personas representaba al “pasado” y cumplía la acción de mirar al “presente” encarnado por los modelos que caminaban por la pasarela. Los vestidos con volados en el ruedo, las amplias camperas bomber con muchas combinaciones de colores remitiendo a un diseño de chaqueta Moto-Cross y acompañadas de guantes de cuero bajo la misma lógica deportiva, los textiles tecnológicos construyendo prendas que desde su moldería tienen ciertos toques vintage pero que se encuentran en permanente tensión con la simpleza de un diseño contemporáneo, son los destacados de su última colección.

“El toque” del diseño japonés

Uno de los primeros desfiles de la semana fue el de Ujoh que presentó, por primera vez, su colección en el marco del reconocido evento parisino. En ella se pudieron ver líneas geométricas y conjuntos que se construían en forma de mecano, prenda sobre prenda. Desde la moldería la marca desarrolló piezas creativas y complejas en su construcción pero muy armónicas en su totalidad utilizando cueros, gabardinas y textiles camiseros. Por su parte, Junko Shimada, quien ya ha presentado varias veces sus diseños en las pasarelas parisinas, se lució con su última colección en el marco del cierre de semana en el Palais de Tokyo. Allí, unas figuras religiosas decoraban la entrada de las modelos quienes vestían conjuntos a puro color destacándose los escoceses en amarillo y negro, los textiles lisos color azul eléctrico y los estampados con motivos lúdicos y estridentes,

la falda larga, amplia y con ajuste en la cadera fue sin duda la pieza de cabecera de esta colección otorgándole a la totalidad un carácter oriental. Si bien fue una semana controversial para las marcas y para las personas que trabajan en la industria de la moda, debido a la rápida propagación del coronavirus y la incertidumbre que provocaba esta situación tanto sanitaria como económicamente, el carácter simbólico de cada desfile propuso en esta edición ir más allá para invitarnos no solo a conocer las nuevas tendencias si no a reflexionar sobre los acontecimientos del presente.

 

Por: Florencia Tagliaferri @flortag

Comentarios

Enviá tu comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

Ingresar

Para ver nuestras Revistas, debe ingresar su e-mail