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Respondiendo a nuestro deseo interior

Autor: Julieta Otero

Su libro, El camino al éxtasis, fue el punta pie para una charla con Elma Roura en la que se hablo de todo: la búsqueda de la felicidad, el salir de la mente, soltar creencias limitantes, aceptar la realidad como es, dónde está el verdadero empoderamiento, nuestra relación con el trabajo, el sexo… ¿El resumen? Conectarnos con lo que verdaderamante queremos.

Creadora de un proceso pionero en España basado en aprender a elevar la energía femenina, Elma Roura, busca en su libro El camino al éxtasis, publicado por Koan, ayudarnos a salir del sufrimiento y vivir en el gozo interior. Aquí, algunas de sus claves... 

 

¿Cómo fue llevar todo tu trabajo a un libro?

Este libro nació hace más de 5 años, la opción fácil era hacer un libro sobre tantra, porque es más comercial, pero cuando lo empecé me di cuenta que, para mí, lo más honesto era contar un poco lo que yo hago, mi visión y la base de mi trabajo. El libro es un intento de compartir las bases de todo el fruto de mi trabajo y estos años y, a partir de ahí, pues la idea es hacer otros. Otros libros que serán como hijitos de este, este es como la base.

 

¿Porqué El camino al éxtasis?

El éxtasis tiene que ver con lo que significa etimológicamente, que está libre tu yo y, al final, le puedes llamar éxtasis, le puedes llamar, pues, goce o paz, cualquier disciplina mística busca lo mismo. Entonces, buscar ese lugar que no es mental y que tiene que ver con esa plenitud que tampoco es emocional; que es la que en el fondo todos presidimos, es un camino de vida, por eso el libro habla mucho de que  hay que trabajar, porque el camino al éxtasis es un viaje de toda la vida, va por ahí.

 

Te escuchaba recién, y te leía en tu libro, y pensaba que actualmente estamos todos muy mentales y buscando la felicidad a través de cosas también muy mentales…

Si vives de la mente, estamos condenados a sufrir, estamos literalmente condenados a sufrir de la mente. Porque la mente vive de la comparación, vive en el pasado, en el futuro, está hecha para sobrevivir… entonces, en la mente no está el alma, no está tu ser, no está tu parte espiritual, de hecho, ya los científicos hablan de que la conciencia está fuera del cuerpo, es ajena. Es entender que la mente tiene unas funciones y nosotros no podemos ser esclavos de esta mente, ponernos cómplices de ella pero, para lo que vinimos aquí también es para contemplar una parte espiritual. Porque, insisto, vivir desde la mente es siempre estar insatisfechos y, además, es algo que todos hemos comprobado hoy en día que aún no se contempla la parte espiritual, está a años luz del momento actual porque todos hemos experimentado que vivir una vida racional es infierno, lo sabemos, lo vivimos, estamos totalmente medicados todos… 

 

Claro porque, al final, cargamos con un montón de creencias que fueron aprendidas y que resultan muy limitantes…

Al final, toda la base de trabajo para mi es entender que, para entrar en ese éxtasis, en esa plenitud, hay que trabajar con las creencias. Es la manera de ir más allá de la mente sin rechazarla, sobre todo el trabajo de creencias que es lo que le dedicó la mitad de mi libro o más de la mitad, incluso.

 

¿Y cómo podemos empezar a vislumbrar esas creencias? Porque siento que es como que, si no nos pasa algo muy fuerte en la vida, venimos como un poco en adormecimiento…

Ese es el trabajo más importante, trabajar las creencias a cualquier nivel, entrar a nuestras áreas, con nuestro cuerpo, con nuestra sexualidad, tema de pareja, dinero… o sea todo tiene que ver  con la forma que percibimos eso, entonces eso es lo que hay que realmente investigar.

 

¿Y qué preguntas podemos hacernos para empezar la investigación?

Para mí la pregunta es: “¿esto que estoy pensando me da paz o estrés?”. Cualquier cosa que me da estrés la tengo que revisar. Hoy todo nos estresa, entonces esta pregunta es una buena referencia… o sea, ¿hace frío, hace calor? No parece una creencia muy existencialista, ¿y qué? ¿Esto me da paz o me da estrés? Si me da estrés, hay que revisarlo.

 

Un poco me hace acordar a la pregunta que trato de hacerle siempre a mi hijo: ¿cómo te sentís?  o ¿cómo te sentís con esto?

Lo que dices de los niños es superimportante porque, en realidad, ahí empieza el proceso. Si a tu hijo le educas o le muestras la clase de preguntas, luego no va a tener que hacer tanto trabajo de adulto, entonces nosotros estamos como volviendo a ser esos niños que tenemos que cuestionarnos cosas tan sencillas. O sea, tenemos que aprender a pensar por nosotros mismos porque estamos automatizados.

 

Y aceptar la realidad, volver a estar presentes… como nos recordás en tu libro…

Cuando tu dejas de estar presente, porque estás como viviendo desde la mente, vivir en el pasado, vivir en el futuro, ¿cuáles son las consecuencias? Que te desconectas de lo que tu quieres, te desconectas de tu intuición, de tu verdad, te desconectas de tus “sí” de tus “no”, vives en automático, vives una vida que no te preguntas si es la que quieres vivir y nos vamos apagando. Y luego, de repente, tengo ansiedad o no puedo conducir,  pero ese proceso no arranca,  ese problema no arranca cuando me doy cuenta que no respiro bien o que no puedo coger un coche porque tengo miedo. Si no que arrancó mucho tiempo antes, cuando yo no escuché esa voz, no escuché mi estómago. Dejé de vivir con claridad porque dejé de preguntarme a mí, antes que al mundo, y esto es fuerte porque es lo que solemos vivir constantemente.

 

Claro, por ejemplo, desde la revista, cada vez que tocamos el tema del insomnio, nos explotan los mensajes y comentarios de gente que no está pudiendo dormir…

La forma en que una sociedad está construida o lo que refleja la política o la economía de un país, al final es lo que está pasando a pequeña escala, si miramos el caso argentino hay poco emprendimiento, todo depende mucho del estado, o sea hay una búsqueda de seguridad en la forma de vivir la sociedad. Bueno, aquí nosotros también hemos estado mucho en ese mood de lo público y de potenciar lo que es la economía del bienestar. Pero a nivel de lo público, está muy bien, pero el problema es que si la gente no emprende, no acostumbra a su sistema nervioso a preguntarse qué es lo que puedo hacer o  cómo puedo buscarme la vida. Pero me refiero de lo que se trata en el desarrollo personal es que escuchemos nuestra propia voz y, al final, todo eso refleja en todos y yo elijo un trabajo, porque se supone que es lo que hay que hacer, al final, de verdad, nos vamos apagando. Entonces, pues todo eso se refleja en los políticos que votamos, se refleja en las estructuras sociales, en los trabajos, en la economía, ¿porqué? Porque al final la educación no apoya el que uno piense por sí mismo y los miedos vencen a tus anhelos o a tu propósito en la vida.

 

Pensaba también, en relación a los emprendimientos y el trabajo, como que estamos todos en una sintonía de hiperproducción e hiperestimulados y, con las redes, planificando todo el tiempo a futuro y creando… y eso nos termina generando ansiedad…

Yo creo que es replanteándonos, dándonos cuenta, también la pandemia, por ejemplo, en la Argentina estuve seis meses en casa, es fuerte, entonces tenemos que aprender de eso, la forma de vivir es frenética y te lo digo porque yo soy una tía muy productiva y tengo una capacidad de trabajar que es sobrehumana y que, cuando me ven, me dicen que no aguantan mi ritmo. Y yo no lo hago porque tenga que hacerlo, es como una cosa que me gusta, pero me paso, me excedo, porque tengo esa energía y yo creo que con todo lo que ha pasado me ha hecho reflexionar que la vida de antes, que por cierto no va a volver nunca más, tiene que morir de alguna forma. Y esa es una decisión que no es una cosa utópica, que tiene que ver con los demás o con la sociedad, tiene que ver con que cada uno asuma en su medida que uno tiene que vivir aparte de trabajar. 

 

Claro, encontrar un equilibrio. Porque o nos pasamos de trabajo o vivimos para un trabajo que nos genera infelicidad… 

Las personas que no trabajan de lo que les gusta, eso es un viaje, porque realmente al final estás trabajando en un laburo, ¿para qué? Para comprar cosas. Tanto esfuerzo para comprar cosas, a lo mejor al final necesitas comprar menos para tener una vida más sencilla, con más calidad. Y las personas que les gusta el trabajo que realizamos tenemos que aprender a vivir, a disfrutar de un paisaje, a aceptarnos y no estar todo rato produciendo. O sea porque ganar veinte si puedes ganar diez, compartir más, estar con gente, crear lazos… cada uno tiene su viaje, pero lo que está claro es que todos debemos hacernos este planteamiento de que no podemos estar siempre viviendo una vida donde tenemos que llegar no se a donde… Hay que tener objetivos en la vida porque eso te mantiene el  alma despierta pero, ¿dónde está tu equilibrio? Creo que ahí está el punto, que cada uno se pregunte dónde está tu punto medio.

 

"Al final para mi la verdadera libertad es que yo me pregunte cada momento que es lo que yo quiero hacer. Eso es sabiduría”

 

Leía en tu libro, lo importante que es para vos que nos adueñemos de nuestro placer… ¿cómo sería esto?

Adueñarnos de nuestro placer significa que tu conozcas tu sexualidad, que entiendas cómo funciona y disfrutes independientemente de si tienes pareja o no. Las que tienen pareja y les va bien, bueno maravilloso, pero eso no suele ser lo común. Lo común es que no encuentres un artista en la cama, pero no por nada, no es culpa de nadie ni es una negativa en relación a los hombres. Los hombres y las mujeres tenemos cuerpos distintos, formas distintas y necesidades distintas… entonces, yo tengo que hacerme responsable de mi placer y luego lo que venga será pura abundancia.

 

Empezar por una misma…

Empezar por una misma, tal cual, cuántas mujeres han venido a mi porque son penetradas en una relación sexual y no tienen orgasmos, y yo quedo muerta. Pero, a ver, es normal no tener orgamos desde la penetración. Si tu no sabes esto, acabas pensando que tienes un problema. Pero, en realidad, no sabemos cómo funcionamos sexualmente y, entonces, estamos traumatizadas porque pensamos que tenemos problemas con el otro. Pero bueno, si tienes un problema, es que no conoces tu sexualidad.

 

¿Qué pensás de los vibradores y los succionadores de clítoris?

El tema de los vibradores sigue siendo consecuencia del patriarcado, nos guste o no, porque estamos pretendiendo tener orgasmos como los hombres, rápido, ¿está mal? Para mi no, pero a ver... yo lo que comparto, que me parece importante, es que tu tienes que aprender a conocer tu cuerpo. El cuerpo de la mujer es más lento que el del hombre, tomarte tus tiempos, entenderlos... y luego como capricho pues ponerte un vibrador, porque masturbarte de una forma natural, con deditos y femenina, tarda veinte minutos o más. Pero bueno, puedes darte tu regalito y ponerte un vibrador. Es como la comida, ¿entiendes? Tu no puedes comerte un pastel de chocolate cada día o algo que compres procesado en el super. Porque eso es producto de ese consumismo atroz y loco en el que vivimos. Pero el fin de semana, te lo puedes joder, disfrutadlo, este fin de semana te tomas un Nutella o una Coca Cola, no pasa nada. Pero si cada día comes de forma procesada, tu cuerpo va a enfermar. Es decir, si tu cada día usas vibradores, tu cuerpo se va a desensibilizar. ¿Está mal usarlos? No. Pero hay que saber usarlos. Estamos en la era de la revolución femenina, pero también podemos cuestionarnos la forma, porque hay cosas que, para mí, no estamos haciendo bien.

 

Me gustaría saber cuáles son esas cosas que no estamos haciendo bien…

Bueno hay cosas que no estamos haciendo bien, por ejemplo, intentar tener el mismo sexo que los hombres, ser igual de “liberales” que ellos. El hombre, por un tema de cuerpo y hormonas, puede desconectar más el sexo del corazón y puede acostarse con quien quiera. Los hombres pueden desvincularse un poco más, de alguna forma algunas mujeres han intentado hacer lo mismo y, ¿está mal? No, pero debes preguntarte si realmente quieres acostarte con cualquier hombre, ¿no? Bueno, si tu quieres… Y si no, preguntarnos, ¿estar liberadas tiene que significar eso? Si tu te pones en el punto de “yo puedo hacerlo igual que los hombres”, ahí ya partimos de una mala premisa, porque te estás comparando. La sabiduría está en que, desde ese derecho, tu te preguntes si es lo que quieres.

 

¿Y qué pensás de cómo estamos defendiendo nuestros derechos?

Pues, a veces, eso también lo estamos haciendo mal. El pelear, enfadarnos, luchar desde el lado de la guerra… eso no concilia, ya la palabra “luchar” es terrible. El feminismo o el empoderamiento femenino para mi tiene que venir del corazón. Hablar bien de los hombres, reconocer que muchos están haciendo un gran labor, que hay grandes hombres, grandes padres, grandes compañeros de vida… El feminismo da una mala imagen de los hombres, no hay que estigmatizada, hay hombres cavernícolas pero también grandes seres humanos. Yo trabajo con hombres maravillosos y comprometidos. El empoderamiento femenino se trata de encontrar un equilibrio entre la energía masculina y la femenina que hay dentro de cada persona. 

 

“El empoderamiento femenino se trata de encontrar un equilibrio entre la energía masculina y la femenina que dentro de cada persona”


CONTACTO 

ELMA ROURA

Instagram: @elma_roura 

Web: elmaroura.com

KOAN

Instagram: @koan.libros

Web: koanlibros.com

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