¿Cómo te encontrás hoy después de haber andado a las corridas todo el año anterior?
Fue bastante extremo, con mucha demanda de muchos lugares. Mi bebé era muy chiquito, entonces fue un año de mucha corrida. Este año me propuse, obviamente siempre teniendo actividad, tomarme un tiempo de no laburar. Me di el lugar para estudiar, para tomar clases de cocina y hacer otras cosas para mí y mis hijos.

Siempre estás estudiando algo distinto… sos muy curiosa, ¿no?
Estudié un montón de cosas y me cuesta un poco quizás sostenerlas en el tiempo. Me agarra una curiosidad de investigar, desde estudiar piano a estudiar astrología, o hacer un curso de literatura. Son las cosas que me dan intriga y me generan resonancia.

Y me imagino que con tus hijos debés estar a full también. ¿Cómo es ser mamá de un bebé y de un preadolescente?
Está bueno porque son dos edades redistintas, aunque por momentos se arma una dinámica medio desbordante. Cuando estás embarazada, no sabés cómo va a ser, todos te dan opiniones… Con un adolescente es como volver a agarrar un libro y entender qué pasa. Porque, si bien todos pasamos por esa edad, es distinto el tiempo en el que se vive y mi adolescencia no es la misma adolescencia que la de mi hijo (André). Yo a la edad de él ya laburaba hacía dos años, por ejemplo. Ante todo, intento darle libertad, porque confío en él y es buena persona; obviamente que esta salida al mundo me genera miedo.

Conociendo tu historia y los tiempos que corren… ¿cómo lo preparás para eso?
Trato de no transmitirle mis miedos e ir mostrándole cómo es la realidad. Él, de a poco, ya empieza a moverse solo y a generar sus propias relaciones y yo trato de darle toda la libertad que se merece.

Estás criando a dos hombres… toda una responsabilidad, ¿no?
Sí, re. Yo les hablo un montón y transmito mucho desde los hechos, que soy laburadora, responsable, que cuido a mis hijos, que estudio… y ellos así lo toman como natural, como tiene que ser. Hace poco, por ejemplo, una de las charlas que tuve con André fue sobre por qué lo feminista va contra lo machista, no me gusta eso de atacar al hombre tampoco.

¿Sos mamá “obse” o más bien relajada?
No, no soy una madre relajada. ¡Ojalá! Igual, trabajo para serlo, para que no me cueste. Soy medio culposa en ese sentido. También entiendo que estoy formando una persona y que mi rol es muy importante junto con el de su papá y nuestro vínculo.

¿Y con los papás (Emmanuel Horvilleur y Michel Noher) tenés buena relación?
Sí, criamos a los niños juntos. De hecho, ayer llevamos al más chico a la plaza juntos (con Michel) y siempre tratamos de compartir actividades. Y bueno, con el papá de André (Emmanuel) es otro vínculo, por el hecho de tener muchos años de conocernos, uno va armando una familia. Nos queremos, pero ya a otro nivel. Para mí es más elevado que un amor eso, es mi familia. Yo también crecí con él. Tengo una relación hermosa y creo que debería ser así siempre que haya un hijo en el medio.

Y hablando de amores, en plena época del amor propio, ¿cuál es tu relación con vos misma?
Es un amor que no tiene que ver con el narcisismo. Pero yo creo que las mujeres somos muy bravas con nosotras, con los parámetros, con las demás… y ahora hay una ola distinta. Algo muy lindo, por ejemplo, es la legalización del aborto, más allá de si uno está de acuerdo o no. Me emocionó mucho esto de la paridad entre mujeres, ver cómo se solidarizan con otras que necesitan una ayuda. También está lo otro; aunque para mí las redes no son la realidad, muchas veces se leen comentarios horribles de mujeres atacando a otras mujeres. Y eso, me parece, lo tenemos que cortar.

Y vos sos re de la energía femenina, ¿no?
Amo la energía femenina desde siempre. Desde chica, todos los libros que leía siempre eran de mujeres. Por ejemplo, ahora en mi mesita de luz tengo a Clarissa Pinkola Estés con Las mujeres que corren con los lobos, que es como la biblia femenina. También tengo el de Margaret Atwood, El cuento de la criada, que todavía no lo empecé, pero amé la serie.

Y entre tanta energía femenina, también está tu marca Cid Kohan. ¿Cómo la llevan en plena crisis?
El tiempo no acompaña y sabemos que la ropa no es primera necesidad, pero también sabemos que es momento de aguantar y vemos que, a pesar del contexto, la marca crece. Estamos con la idea de no olvidar por qué empezamos esto, más allá de la parte obvia de tener una empresa.

PING PONG
Un libro: Agua viva, de Clarice Lispector.
Una persona para un co-protagónico: Daniel Day-Lewis.
Algo que te saque de tu centro: estar fuera de mi casa.
Un deseo: Armonía y equilibrio entre las partes.
Una flor: Jazmín

 “Me emociona mucho la paridad entre mujeres, ver cómo se solidarizan con otras que necesitan una ayuda”