Entrevista
Entrevista | Celebrities

Por dentro y por fuera

Su lindura no le es indiferente a nadie, pero su buena onda tampoco. Simple, risueña y con una energía incesante, Guillermina Valdés nos cuenta sobre lo bien que se siente hoy, cómo es estar llena de proyectos e hijos después de los 40 y cuáles son sus claves para verse y sentirse tan plena.

Se te ve muy fresca siempre, pero nos sorprendió lo sencilla que sos y la buena energía que tenés. ¡Estamos felices de que seas nuestra tapa dedicada a la vibra!
Bueno, gracias, la verdad es que siempre fui igual, nunca tuve por qué cambiar, ¿no? Creo que uno trabaja en la energía constantemente porque, muchas veces, las cosas que te pasan atentan contra tu buena vibra. Pero siempre en el fondo, más allá de lo que te pase, si tenés buena vibra enfrentás las cosas de otra manera. Uno no puede manejar los sucesos, pero hay que ver cómo te plantás ante ellos. Como vivís lo vibrás y esa vibra se siente y también es lo que atraés, ¿no? Por ejemplo, como todo, tuve momentos en mi vida en que no la pasé tan bien y llega un punto que decís “¡Uh, una tras otra!”. Pero después empezás a vibrar alto y te das cuenta de que te empiezan a pasar cosas buenísimas y te sentís alineada con el universo y es increíble.

¿Y cómo sentís que estás vibrando en este momento de tu vida?
No sé si te puedo decir que estoy vibrando alto porque no estoy segura de lo que es alto y lo que es bajo. Pero sí que estoy en un buen momento, vibrando más alto que en otros (risas).Cuando estás vibrando más bajo estás más cansada, más angustiada. Y cuando vibrás más alto te enfermás menos, tenés más alegría, disfrutás más las pequeñas cosas… Creo que uno lo puede medir dentro de uno mismo, no sabés si estás vibrando alto, porque quizás otro vibra diez veces más alto que vos pero, más o menos, el parámetro te lo da tu propia experiencia y tu propio cuerpo.

¿Tuviste algún periodo difícil que te haya impulsado al camino espiritual o de trabajo personal?
Sí, en general cuando uno toma las decisiones más fuertes que tienen que ver con el camino de vida o decisiones que involucran a otra gente, como cuando sos mamá, inevitablemente tenés que pasar por un proceso de cambios. Yo siempre he sido como muy respetuosa de esos procesos, hay gente que quizá tiene la capacidad de levantarse un día y decir “esto no va más”, yo siempre fui de tener un proceso largo, para que después haya un cambio real y estar más preparada.

Se sabe que te gusta la astrología, ¿en qué otras prácticas te apoyaste?
La verdad, hice todas las cosas que todos hacen y me encantan y en esas búsquedas fui encontrando certezas. Pero no me gusta recomendar, porque todos necesitamos cosas distintas. Soy reikista, pero tampoco hago apología de eso porque creo que cada uno encuentra su camino de la manera que se le ocurre. Hay gente que saliendo a correr o trabajando en una huerta hace su propia terapia; cada uno tiene que ver qué le hace bien.

Y hablando de cambios, en los últimos años tu vida cambió mucho, ¿no? Actuación, empresas, más hijos… ¿Cómo viviste esa transición?

En realidad, lo que tiene que ver con el trabajo de actriz, que hice dos obras de teatro, fue algo que disfruté mucho y no digo que no lo voy a volver a hacer, pero fue una experiencia dentro del camino. Siendo mamá de cuatro hijos y estando en pareja la vida del teatro te limita demasiado y tuve que tomar una decisión. Ya en ese momento además tenía mi empresa de zapatos, Valdez. Yo soy muy activa y hace dos años comencé a trabajar en algo que siempre me gustó: el cuidado estético. Y así surgió Guiv, una línea de cosmética cruelty free, sin parabenos, sin sulfatos, que utiliza casi en su totalidad productos naturales. Además, la acompaño con una plataforma de contenido de cuidado personal. Así que estoy muy contenta porque la marca me representa en su totalidad y es como un hijito más.

Me imagino. ¿Y cómo hacés para articular todos tus proyectos con una familia tan numerosa y tu tiempo libre?
No tengo como mucho registro de qué es tiempo libre, tiempo de madre y tiempo de trabajo. Si salgo a comer y están mis hijos, lo siento como tiempo libre. Si estoy laburando desde casa, que estoy muchísimo, por ahí estoy entre ayudando a mis hijos y trabajando y después tengo cinco minutos para tomarme un mate y pasa a ser tiempo libre (risas). Creo que vivo en un formato medio multitasking… no sé muy bien en qué momento estoy trabajando, en cuál descansando (risas), mientras que no esté pasada y me sienta en equilibrio, está todo bien. Porque si no también el estrés en esta sociedad es un fenómeno del que hay que cuidarse, saber hasta dónde, aprender a delegar y a poner límites. Yo soy dadora de por sí, pero bueno, aprendí a poner los límites necesarios.

Ya que mencionaste los límites, ¿cómo es ser madre en una sociedad por fin convulsionada por los derechos femeninos?
Tengo dos hijas híperfeministas y la verdad que aprendo un montón de cosas gracias a ellas, porque yo soy de otra época. Tienen una energía que nos hace bien a todas las mujeres y a toda la sociedad, porque es una energía que transforma. Yo siempre las escucho, más de lo que ellas me escuchan a mí, y aprendo mucho. También lo veo en mi hijo más grande que, más allá de ser hombre, tiene una mirada muy poco machista sobre la mujer y también aprendo mucho de él. Ellos hacen que mi maternidad sea mucho más interesante.

Tenés hijos de diferentes edades, ¿cómo es ser madre de tanta diversidad?
Y… la verdad no es tan fácil (risas), pero a mí me divierte. Como buena canceriana que soy, a mí ser madre me sale naturalmente, no es un peso para mí. Obvio que no te puedo decir que soy buena madre, porque una muchas veces se equivoca, pero lo importante es estar presente.

No puedo terminar la entrevista sin preguntarte, ¿cómo te cuidás para estar tan bien después de los 40?
La verdad es que soy medio obsesiva con la salud y el bienestar. Trato de consumir lo menos procesado en cuanto a alimentación. Soy omnívora y no soy extremista, pero sí siempre intento que en mi plato haya lo menos posible procesado. Después, me cuido la piel y entreno tres o cuatro veces por semana a través de un entrenamiento llamado Strongfirst que, básicamente, son ejercicios de fuerza. Empecé hace seis años y está buenísimo porque trabaja en términos de fuerza y eso lo que hace es intentar que pierdas más paulatinamente la masa muscular que uno empieza a perder a partir de los 35 años.

PING PONG
Un alimento: la palta.
Algo que te suba la vibra: la música.
Un adjetivo que te defina: inquieta.
Algo que te saque de eje: a veces, mis hijos.
Lo que te llena de orgullo: ¡mis hijos! (risas).
Un paisaje: la playa.

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