Entrevista
Entrevista | Celebrities

Carla Peterson

Autor: Julieta Otero

Estrenó Terapia Alternativa y, como protagonista y mujer, la actriz no deja de buscar desafíos para su carrera y su vida personal. En esta charla, repasamos su trayectoria, su voz en la era feminista, el mandato de ser madre y el paso del tiempo.

Desde tu primer protagónico en La Lola, fue un sin parar de éxitos en tu carrera… ¿Cómo lo ves hoy en retrospectiva?

Muchos fueron éxitos y otros no tanto, pero todos fueron pasos que me fueron llevando a estos proyectos, estos tipos de historias y personajes. Yo lo vivo como un paso hacia adelante, entonces cuando elijo las historias o los personajes que tengo que interpretar trato de que me lleven hacia esos lugares. Fue un recorrido muy tranquilo, lleno de alegría, principalmente porque estaba haciendo algo que me gustaba y siempre soñé.

 

Este recorrido lo conseguiste sola, porque vos no venías de una familia que estuviese en el medio. De hecho, fuiste la primera mujer de tu familia en nacer en suelo argentino, dato que no es menor…

Me di cuenta en este tiempo que empezamos a pensar en estas luchas o pedidos de la mujer y decís… claro, si yo fui la primera mujer de mi familia en nacer acá. Mi mamá nació en Italia, no tenía mujeres acá. Tal vez el principio fue más difícil, después fue un camino en el que me sentí siempre muy acompañada por mi familia de antes y ahora por mi familia nueva, mi hijo y mi marido (Martín Lousteau), ellos me ayudaron mucho. Después se fueron abriendo puertas también porque mucha gente confió en mí y me apoyaron… así se fue haciendo.

 

En este paso que fuiste dando jugó muy a favor en tu carrera la versatilidad que tenés para hacer distintos tipos de personajes, ¿no?

La comedia sin el drama no existe, así que siempre supe que todas esas cosas iban juntas. También hay un poco de suerte en todo esto… estar en ese momento en donde aparecen estos personajes. Después, la vida… uno va creciendo y se va convirtiendo en una persona más sabia por las cosas que vivís. Sabia de manera humilde, porque sufrís, te divertís, crecés… eso te enseña cosas. Mi trabajo tiene eso, diferente de otros, que todo eso te sirve para estos personajes y después la suerte de que los productores también tengan ganas de contar esas historias, la gente que escribe… y bueno ahí estaba yo, con muchas ganas.

 

“Trato de estar abierta a que me pasen cosas y en escuchar y contagiarme de los demás también. Rodearme de gente que me contagie cosas buenas y curiosas, trato de ser curiosa siempre y permitir equivocarme y levantarme si me caigo”

 

Hace un rato hablabas de esto de ir paso a paso creciendo y pensaba la relación con Selva en Terapia alternativa que parece que ya las vivió todas en su trabajo y la vida laboral le pone un desafío nuevo, ¿te ves con nuevos desafíos?

Todo el tiempo, pero también uno elige el desafío porque, por ejemplo, en el caso de Selva, ella se deja atrapar por este nuevo caso, esta nueva pareja que llega. Ella lo decide, algo la atrapa porque hay algo vital en ella, podría haberlos dejado pasar perfectamente… Creo que nos pasa todo el tiempo esto… si hay algo adentro que hace que todavía tengas ganas y te apasiona, hay que hacerlo… Selva es un personaje infinito para mí.

 

Es espectacular cómo se va tirando del hilo y vas descubriendo sus facetas...

Vas abriendo un montón de capas… querés llegar a lo más profundo y eso también es lo que tiene de interesante esta serie que, además de seguir la historia y la acción, lo que querés, también, es descubrir quiénes son, qué les pasa en lo más profundo, porqué hacen las cosas que hacen, cómo viven… Para mí es una serie muy generosa, honesta y divertida. Te permite abrir una puerta, mirar, estar ahí en algo íntimo y sentirte parte. Te reís, te identificás, querés ver un poquito más… Me parece que eso la hace actual, interesante y original.

 

¿Sos o fuiste de hacer terapia?

Hice muchos años, no de pareja, por el momento no lo necesité (risas). Empecé porque le pregunté a mi profesor de teatro qué podía hacer para ser mejor actriz y me dijo “tenés que hacer terapia y leer”. Me di cuenta que es como acomodar una biblioteca y en el momento de actuar vos sabés en qué libro está lo que necesitás. Podés ir porque tenés un problema y bueno también podés hacer ese trabajo.

 

Hablando de pareja, fue como que encontraste tu pareja y tu vida dio un giro muy drástico y rápido, ¿no?

Hace una década que estamos juntos y el año que viene van a ser diez años que estamos casados. Entre todo esto de hacer las cosas rápido también nos casamos, éramos grandes ya, sabíamos lo que queríamos y estábamos los dos en ese mismo momento…

 

También decidiste ser madre casi a los cuarenta… ¿Cómo fue esa decisión y cómo la ves hoy? ¿Sentiste el peso social durante el tiempo que no lo fuiste? 

Yo tuve el deseo de ser madre cuando conocí a Martín (Lousteau), con él podría tener un montón de hijos, pero como nos conocimos de grandes no sucedió. Hasta que lo conocí a él casi había dicho que no iba a ser madre y hay otras vidas, la vida no es solamente ser madre para la mujer, ahí empece a tratar, por todos estos mandatos, no por lo que dijeran los demás, sino por mí. Es algo que todas llevamos, aceptar que la felicidad no solamente te la da el hecho de ser madre, pero tenía que hacer ese ejercicio. En cuanto me puse a ejercitar eso, conocí a Martín, estaba trabajándolo… y me vinieron las ganas de ser mamá. En mi época no hablábamos entre nosotras de tener un hijo sola, a mí no se me cruzaba por la cabeza.

 

Estuviste implicada en la lucha feminista, por que ganamos espacios este último tiempo… y fue un movimiento de una cuota juvenil muy grande… ¿Cómo lo viviste vos desde tu lugar?

Vengo de una familia en la que en mi casa no se hablaba de feminismo, porque mi mamá es una mujer fuerte y estaba todo muy equilibrado. En mi casa esto era normal, pero sí había cosas que yo sabía que podíamos seguir haciendo de cuenta que no pasaban o decir “esto es la verdad”. Y cuando empecé a escuchar a este grupo de mujeres, que hace años venían peleando, dije “en esto estoy y es el momento”. Porque había que poner el cuerpo, la cara y la voz y dejar de mentirnos y de aceptar un montón de cosas, sin enojos y dije “yo ya para mí hice todo, pero quiero dejar algo mejor para las personas que siguen. Tengo que ser sincera y en esto hay que decir realmente lo que pienso y yo pienso esto”. Y también estaba preparada para enfrentar eso. Es increíble sentir que no estás sola y fue hermoso ver cómo al lado mío también se levantaban un montón de mujeres para agarrarse de las que ya habían hecho este camino y eso me dio fuerzas. Porque al principio fue todo un planteo, digo… “¿Sigo diciendo ‘ay, mirá qué lindo lo que tengo puesto, el pelazo que tengo’ o digo lo que pienso?”. Hay mujeres que realmente dedican su vida a esto y yo creo que tengo la posibilidad de hacer lo mío en las decisiones que tomo, en los personajes que acepto, en las historias que cuento…

 

¿Cómo llevás el paso del tiempo?

Trato de entenderlo (risas), aceptarlo… me asombra porque yo me siento muy joven (risas), soy joven… hay cambios en el cuerpo, impacta verse crecer cuando uno se ve, pero trato de aceptarlo, como aceptaba en aquel momento que tal vez no iba a ser madre… Hoy acepto todas estas arrugas, este cuerpo más redondo, que me responde no tan rápido como antes, que empieza a cambiar, a doler… me cuido un montón, porque quiero estar bien y vivir muchos años de la mejor manera. Tal vez, si no estuviese tan expuesta, no sería tan difícil. Hay que aceptarse y quererse y lo estoy trabajando y vamos bien.

 

CRÉDITOS

FOTOS: Santiago Albanell / ESTILISMO: Romina Giangreco / PELO Y MAKEUP: Emmanuel Godoy Maldonado / ASISTENTE FOTO: Leonardo Catania / ASISTENTE ESTILISMO: Candelaria Arjona / LOCACIÓN: Conde Estudios

 

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