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El amor en tiempos de deconstrucción

Con voz calma y palabras contundentes, nos enseña a cuestionarnos las estructuras establecidas y nos acerca la filosofía que se debate en sus clases.


Ida y vuelta con Darío Sztajnszrajber​...

Cada vez que se rompe una estructura notamos que genera un rechazo y enfrentamiento. Tanto como el lenguaje inclusivo, el feminismo, la monogamia…
El otro, perturba y molesta porque desestabiliza la tranquilidad de nuestro sentido común. Por eso, la primera reacción es de asombro. En el libro cuento que cada vez que aparecían las primeras redacciones fuertes, feministas, el lenguaje en los medios de los periodistas más hegemónicos era “dale, dejate de joder”, “no es para tanto”, “si la mujer vota, si la mujer tiene lo que quiere”, ¿cómo puede el feminismo sostener un estado de opresión cuando a la vista parece que no? Cualquiera que haga una historia del poder se da cuenta que la forma de ejercicio de poder más eficiente es esa: la que naturaliza un estado como si no sucediera. Es como pensar que “si un obrero y un empresario votan y el voto vale lo mismo, hay igualdad social. Con la mujer es lo mismo. La mujer y el varón votan y su voto vale lo mismo y legalmente tienen los mismos derechos pero, sin embargo, hay una asimetría manifiesta. Eso ya lo vió Marx en el siglo XIX, por eso es importante volver a autores clásicos como Marx, que vienen a decirnos que hay algo acá que no funciona.

Hablando de cosas que no funcionan… ¿sentís que lo que se cuestiona es la crisis de monogamia?
La cuestión de la crisis de la monogamia tiene un corte social, es algo más de las clases medias. No porque la monogamia no haga implosión en otros lugares pero sí el trabajo de autoreflexión sobre las limitaciones. Lo primero y principal es que, en tiempos de deconstrucción, todo se deconstruye y la monogamia todavía tenía el aura de resultar una condición natural.Cuando ves las primeras reacciones para contra los que cuestionan la monogamia siempre giran en torno a: “por algo vinimos varón y mujer”, “vinimos uno y uno” y “tienen que estar juntos”, no hay nada natural que suponga el dos por sobre cualquier otro número.En término de unidades, todo empieza a acomodarse si lo pensás heteronormativamente. A mí, me parece hasta mucho más “natural”, que uno pase por la vida estando con medio mundo que estando con una persona. Desde esa lógica, por algo hay “medio mundo” y, sin embargo, se construyó un sistema de disciplinamiento muy contundente que es la monogamia.

¿Te preocupa la monogamia?
No me preocupa el hecho de que dos personas puedan decidir y elegir estar juntas de diferentes maneras. Sí, me preocupa la monogamia como hecho político que es lo que se soslaya en general. Está claro que una sociedad posmonogámica implicaría una circulación de la energía erótica que nuestro sistema de producción no está dispuesto a tolerar. Si vos estuvieses un día con una persona, otro día con otro, otro día con otra… como postula una sociedad postmonogámica, es probable que no dispongas del tiempo necesario para trabajar todos los días porque estarías entregada a vínculos hermosos. El sistema monogámico es totalmente funcional a un sistema de trabajo donde ese sistema de trabajo necesita que durante ocho a diez horas tengas la energía disponible para la reproducción de la fuerza social y en lo que te resta, tengas a tu marido o a tu esposa esperándote con la comida, cada tanto teniendo sexo y sobre todo teniendo hijos.

¿Y cómo se sale de eso?
Yo creo que esas estructuras nos condicionan, nos setean. Estamos seteados pero podemos distender.Distender no significa que esas estructuras se derrumben. Nuestra sociedad sigue siendo monogámica en su estructura. Después, vos podes tener con tu pareja acuerdos de una pareja abierta o una monogamia light pero, lo que está claro es que la estructura sociocultural es monogámica y ese modo está presente después en términos institucionales;
está presente en el boletín de tu hije donde dice: padre/madre para firmar. Hay una lógica que está instalada que vos podés distender, pero me parece que la salida de la monogamia supone como una revuelta social mucho más importante.Donde se empiece a cuestionar la relación del otro como una relación de propiedad. Porque en el fondo lo que implica la monogamia es entender que el otro te pertenece. Que el cuerpo del otro te pertenece. Que el deseo del otro te pertenece.

¿Hay una cuestión de ego que nos impide “soltar” al otro como posesión?
Sí. Pero, ¿por qué el ego sede? Estoy de acuerdo, es una cuestión de ego, pero la pregunta es: ¿por qué el ego se construyó? La respuesta la tenemos, pero la pregunta es por qué el ego se construyó a través de la homologación entre lo propio y la propiedad. Como si lo propio fuera la cantidad de propiedades que tenés y el otro es una propiedad más. Por ahí, no es tanto soltar el ego sino soltar la idea de que lo propio se juega en la propiedad. Esa desapropiación, hasta puede potenciar un encuentro más copado en tu yo. Pero ya no es un “yo” que posee, es un yo que recibe, que va apareciendo en cada circunstancia. Un “yo” más literario, incluso. Pero estamos lejos de eso. El capitalismo ha hecho del “yo” un sujeto de posesión. Si el auto es tuyo, la computadora es tuya, la novia es tuya… y si te roban la computadora y te roban el auto, y tu esposa se enamora de otro, te la robaron. Entonces reaccionás como cuando te roban. Este es el dispositivo general que para mi está presente.

¿Cómo se empieza a deconstruir el amor?
Se deconstruye de este modo. Primero, haciendo filosofía. Dándole lugar al lenguaje que te permite relacionarte con el sentido desde un lugar inusual, distinto al que de algún modo te exigen que sea el dispositivo de la productividad, de la posesión. Para eso la filosofía es un aire. A partír de ahí, es un hecho social. La deconstrucción avanza y va generando cada vez más alianzas.

¿Pero es una disconformidad eterna?
Pensarla así es ponerte en el lugar de los que cuestionan la deconstrucción porque la estás pensando siempre desde el resultadismo. Como que hay que llegar a algo. Para mí, es un hecho más contingente que se va dando en cada situación. No la pienso. No creo en los lugares de llegada. Cuando me doy cuenta que nacemos para morir se me disuelve la idea de que llego a algún lado. Porque llegue adónde llegue, me voy a morir igual. Entonces, nada me resulta satisfactorio ni farmacológicamente calmable porque te morís.
Entonces, llegar a la felicidad, llegar a la libertad… no llegás a ningun lado más que a la tumba. Entonces, me corro de eso y sobrevivo.

Hablando de amor, de la Biblia salen Eva y Adan… pero, ¿qué pasa con la figura de Lilith?
Todes queremos ser Lilith. Lilith, es un personaje que viene a romper la literatura hegemónica bíblica que siempre establece la figura de Eva como la mujer de Adán.Es la otra mujer que fue, de algún modo,desterrada por su manera de presentar combate.Una de las tantas formas de trabajar es, justamente, lo que decís: que se queja de la pose sexual. Adán la obligaba siempre a tener relaciones del mismo modo, ella abajo y él arriba. Por eso, ella no acababa. No llegaba a su orgasmo. Pero sobre todo, en uno de los relatos que circulan, es que ella lo lee como una forma de sometimiento. Adán, estando arriba no le permitía moverse y hacer la suya.No había un rechazo de Lilith, había un rechazo en asimetría, que eran relaciones de poder. A nosotros, nos crearon iguales porque estamos remitiendo a la figura de Lilith, a la primera creación del hombre. Lilith se queja de eso. De no ser tratada en igualdad de condiciones.Al final, tiene razón porque Dios los crea a ambos en igualdad de condiciones pero Adán la somete a su normativa y cuando Lilith se queja, Dios la hecha. De algún modo, Lilith es la primera gran revolucionaria de la historia, por eso muchos movimientos feministas toman a Lilith como emblema de la lucha feminista.

 

Texto: Alejandra Bertolami

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