“Creo que no hay algo más poderoso que podamos hacer por nosotros mismos que abrazar nuestra paciencia. Nadie dice que es fácil, es más, debe ser de las cosas más difíciles del mundo. Pero trae un regalo preciado, ese regalo que sólo tenemos por condición humana: la compasión”, Dafne Schilling

¿En qué momento de tu vida te sorprendió la cuarentena?

Me agarró en un momento raro porque cuando pasó todo yo estaba en India, así que tuve que volver medio rápido de mis vacaciones. Eso fue medio malo porque estaba redisfrutando y necesitaba el corte y, la verdad, tener que volver medio a los rajes y haber estado solamente trece días, después de que había terminado de escribir el libro y había tenido un año superintenso de laburo, fue medio garrón. Pero, por otro lado, no me puedo quejar de nada porque me agarró bien, en una casa con jardín, porque mi casa se estaba refaccionando. Así que fueron difíciles las primeras semanas, porque no estoy en casa, estoy con la ropa que tenía en la mochila que viajé a India. Pero pude empezar a despojarme y me entregué y, ahora después de un mes, estoy contenta y atravesando la cuarentena superencerrada pero con mucho trabajo interno. También por suerte estoy dando muchas clases y compartiendo ahí mis herramientas. Así que ahora me siento muy bien.

¿Te armás rutinas o te dejás llevar por tu estado de ánimo?

Mis días siempre son un poco rutinarios, porque siempre lo fueron. Mi rutina de meditar, de hacer yoga, de entrenar y de mover el cuerpo está todos los días. Eso nunca cambió. Por lo general, el trabajo de mayor concentración lo hago por la mañana y, por la tarde, estudio y doy clases. Así que tengo rearmada una rutina que me ayuda muchísimo a sobrellevar mis días, además de que hay que cocinar, limpiar, etcétera. Y la verdad que llega este momento a la tardecita y me agarra una cosa que no tengo más ganas de hacer nada y quiero tirarme a ver la tele; algo que nunca me pasó (risas). Así que está bueno porque me voy encontrando también con esos desafíos internos y trato de tomarme un momento del día para ver qué tengo ganas de hacer realmente.

Sos movimiento por definición, ¿cómo movés tu cuerpo y tu energía estando encerrada?

Bailo mucho y, la verdad, entre las clases que doy y mi propio entrenamiento, me muevo un montón. Todos los días encuentro un rato para bailar, ya sea media hora o un ratito, porque me cambia la energía, me hace feliz y siempre le dedico un tiempo a eso. Después también tengo mi entrenamiento más bien físico, de fuerza y musculatura que trato de hacerlo dos o tres veces por semana. Lo que más hago todos los días es tomarme un tiempo para bailar y hacer yoga.

“Creo que esto es un desafío que nos tenía que suceder y que no hay otra manera de tomar esta cuarentena que no sea aprovechándola, como un tiempo de conocimiento y aprendizaje interior”, Dafne Schilling

¿Qué cosas vas a hacer cuando todo esto pase?

Cuando esto pase voy a volver a planear la gira que tenía pensada para el lanzamiento de mi libro que iba a salir en mayo y ahora parece que sale para junio. Pero, bueno, vamos a ir viendo también en función de cuándo se abran las puertas. Y bueno salir de gira, seguramente, y volver a dar clases presenciales que es lo que más extraño y lo que más tengo ganas de hacer.

¿Qué sacás de positivo de lo que estamos viviendo?

Saco de positivo todo. Primero que no hay mala manera de tomarse esto, es el presente y lo que está pasando. Se que todos tenemos esos momentos de bajón y que queremos que todo vuelva a ser como antes: sentirnos libres, ver a nuestros seres queridos y poder estar tranquilos. Creo que esto es un desafío que nos tenía que suceder y que no hay otra manera de tomar esta cuarentena que no sea aprovechándola, como un tiempo de conocimiento y aprendizaje interior. Creo que, por lo menos en mi caso, me encontré con muchísimos sueños, recuerdos y revisiones sobre mi pasado. Sobre todos mis desafíos personales, deseos inclusive, para ver bien qué es lo que realmente llama mi corazón y qué tengo ganas de hacer yo desde el alma. Así que siento que esta cuarentena nos permite a todos reencontrarnos con lo que tenemos y sentir gratitud por eso. Y darnos cuenta de lo libres que somos y, aún así, no lo vemos. Así que creo que esto que nos está pasando es todo positivo.

PING PONG DE CUARENTENA

Un lugar de la casa que sea refugio: en este momento la cocina, porque es el lugar donde siempre nos encontramos con mi compañero para cocinar, donde mejor anda el wifi (risas), donde puedo dar mis clases, en donde entra bastante sol…

Una receta nueva de cuarentena: el otro día hice un budín de naranja increíble, así que me estoy sorprendiendo con mis cualidades budineras (risas).

Estoy más consciente de: de la libertad que tenía y que sigo teniendo pero, sobre todo, antes estaba con eso de “quiero sentirme libre, quiero sentirme libre” y no era tan consciente de lo libre que era.

Una música que te acompaña: Nick Drake, es uno de mis artistas favoritos, es medio bajón pero me acompaña (risas).

Un hobbie nuevo: no es nuevo pero retomé la guitarra.

Lo mejor y lo peor del encierro: lo mejor de la cuarentena es la creatividad que despertó, volver a crear y volver a repensar de qué manera puedo dar mis clases, volver a generar contenido para algunas marcas que hace tiempo no lo hacía, volver a escribir… todo eso es muy bueno. Y lo peor es no poder ver a mi familia.

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