Entrevista
Entrevista | Personajes

FLOR TORRENTE

Autor: Ale Bertolami

Entre paredes y sentimientos, la actriz transita su cuarentena en calma, agradecida y trabajando el adentro, para cuando toque experimentar nuevamente el afuera.

“Mental y físicamente divididos, entre lo que sentimos y podemos comprender. El inicio y el fin, para que aparezca un nuevo renacer. Momentos extraños, pero está bien”

 

¿Cómo fueron tus primeros días de encierro y cómo lo estás viviendo ahora?
Arranqué la cuarentena muchísimo antes que todos, porque volví de viaje. En un principio, parecía algo de “pocos días”. Entonces, aprender a estar en nuestra casa, a estar tranquilos y transitar eso, lo veía de un modo positivo porque, en algún punto, hacía un montón de meses que no estaba en mi casa. Cuando llegué, mi casa era un caos. Estaba en obra y tenía muchas cosas por arreglar y me estresé, en un principio. Pero después, entendí que era un proceso que estaba bueno transitar en este momento para mí, porque tenía que ordenar mi casa. Las primeras semanas fueron más de orden y ahora, la verdad, es que estoy feliz. Conectar con mi espacio y con mi casa me hace muy feliz.

¿Sos de armarte rutinas para llevar el día o te manejas más de acuerdo a tu ánimo?
Por lo general, siempre soy de armarme rutinas en la vida. Necesito ese orden para hacer todas las cosas que me gustan y que tengo ganas de hacer. Porque, como son tantas y tan diferentes, si no me ordeno y me armo una rutina me es muy difícil hacerlo y acomodarme. Así que, sí. Ahora, estoy haciendo un montón de cursos, un montón de clases y me armé diferentes rutinas cada día como si hiciera mi vida normal. Como si saliera de mi casa y tendría una rutina de trabajo normal. Pero, lo hago dentro de casa.


“Conectar con mi espacio y con mi casa me hace muy feliz”


¿Algo que realices para elevar tu espíritu y calmar tus pensamientos?
Tarea imposible calmar los pensamientos. Es algo que no vamos a poder hacer nunca. Pero creo que sí podemos tratar de distraer a nuestra mente con otras cosas y conectarla con el ahora. Con “este” momento. Hago mucha meditación. Justo ahora, hice un curso de metafísica muy interesante, con Nicolás Apelt. Tratar de hacer cosas que nos conecten con nosotros y creo, que este momento de cuarentena nos invita un poco a esto: a la introspección y buscar las cosas que nos hacen bien, no las que creemos que nos hacen bien.

¿Te encontraste con algún aspecto tuyo más sensible o que desconocías gracias al encierro?
Soy sensible, no importa cuando. Soy sensible porque: Cáncer, Leo, Luna en Escorpio. Sensibilidad, introspección a flor de piel, 24/7. Creo que pasé por un millón de procesos en este encierro. Eso está y estuvo buenísimo porque me reconectó conmigo. Si bien, siempre busco la conexión, porque es lo más importante y lo que tenemos que buscar todo el tiempo. El año pasado, fue un año de muchísimo trabajo y de muy poco tiempo para mí. Entonces, no digo que no tuve “tiempo para mí”, pero ahora tengo todo el tiempo del mundo. Todo lo que estoy haciendo ahora se siente y creo que tenemos que buscar el equilibrio entre esas cosas. Equilibrio entre el trabajo y el conectar con nosotros. Descubrí muchas cosas que desconocía o que no recordaba, que tienen que ver con que, a veces, nos puede gustar hacer cosas o nos puede gustar indagar en cosas que no nos hacemos el tiempo de verdad, y cuando le ponemos la energía o la constancia a ese algo, se ven tanto las diferencias de un día para el otro, de una semana para otra, de un mes para otro. Qué importante es la constancia, la perseverancia y el tiempo. Pero tiempo real, no el tiempo ficticio.

¿Qué cambio interno sentís que uno debe realizar para volver al nuevo mundo cuando cese el encierro?

Creo que cada cambio que lleguemos a hacer es muy personal. Yo, en lo particular, creo que mi tarea de ahora en adelante es no perderme en el trabajo de afuera, en lo externo. Encontrar más tiempo para el trabajo interno y más tiempo conmigo. Más tiempo en mi casa y más tiempo con mis cosas. Me doy cuenta que me hace muy bien levantarme y prepararme un desayuno y no salir corriendo comiéndome una banana con un café en la mano. Realmente, entregarnos a momentos y experiencias. Dedicarnos ese tiempo. Y, si eso requiere levantarnos un poquito más temprano, intentar hacer ese esfuerzo porque, en definitiva, es ganancia para nosotros. Ser conscientes en lo que realmente es importante, que a veces vamos tan rápido que no lo vemos eso.

¿Qué aspectos positivos le encontraste a esta cuarentena?
La verdad, encuentro muchas cosas positivas. Soy consciente, de que soy una afortunada: agradezco a la vida, a lo que sea y a mí, que me traje hasta aquí. Que tengo mi casa, mi hogar, que no es poco. Mi alimento cada día, mi calefacción y mis mantitas calentitas que me abrigan en este frío. Pero, siento que es un gran momento para el ser humano para redescubrirse, para reinventarse. Lo digo en el aspecto de Helicia, mi emprendimiento, también. Antes de arrancar la cuarentena teníamos tres rollos de tela para hacer riñoneras y de pronto, nos cerraron todos los talleres y esos rollos quedaron encerrados adentro del local y fue como un: ¿ahora qué hacemos? Entonces, entendimos que ahora lo más importante es la comodidad y hubo que pegar un volantazo y hacer bolsos de supermercado y tapabocas. Pero bueno, de eso se trata la vida. Como decía Einstein: “la crisis es la evolución”, es cómo afrontamos las crisis. Crisis hay toda la vida, todo el tiempo, constantemente. El tema es como sobrepasamos o como transmutamos o revertimos esa crisis y ahí, está el trabajo.

 

PING PONG:
Un lugar de tu casa que sea tu refugio: mi casa entera.

Algo en lo que seas más consciente: estoy más consciente de mí. Estoy más permeable y más conectada con mis emociones y en conectar con lo que me suceda: sea lindo, sea alegre, sea triste, sea lo que sea. Hacerme cargo de lo que me pasa, indagar y sentarme y ver qué detona esa emoción.

Una música que te acompaña: desde Mozart hasta Jamie Cullun, de Bruno Mayer hasta Michael Bublé, desde Devendra Banhart hasta música que eleva las energía y las vibraciones. Una música que encontré y es espectacular se llama Calm jazz y son todos editados de músicos que crearon esta “música para bares”. Lo encuentro en YouTube y lo escucho sin parar.

Un hobbie nuevo: me reconecté con la cocina. Es un amor viejo que volvió a mí. Recordé que me gustaba mucho cocinar y que lo hacía muy bien.

Lo mejor del encierro: estar en mi casa. Mi gata no puede creer que hace dos meses que estoy y no me voy. Estoy conectada con mi piano. Limpiar mi hogar, bañarme, disfrutar de un desayuno, de un mate. Parece un cuento, pero realmente pienso así. Lo mejor es disfrutar y que nada te corra ni te apure y que lo transites al día como tengas ganas de transitarlo.

Lo peor del encierro: extrañar a mi familia, a mis amigos. El querer abrazarlos. El ver a mi papá a un metro y no poder abrazarlo. El no compartir mates, charlas, asados (aunque no coma carne), eso. Los vínculos, eso se extraña. Aunque, los vínculos verdaderos pueden tolerar cualquier pandemia.

 

FOTOS: Diego Roldán

Comentarios

Enviá tu comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

Notas Relacionadas

Ingresar

Para ver nuestras Revistas, debe ingresar su e-mail