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Dalia F. Walker: bajo su deseo

Autor: Julieta Otero

Hace 10 años creó Fe, su tienda esotérica, lanzó su libro Bruja Moderna rompiendo todo tipo de predicción editorial, es una de las voces en Concha Podcast y, este año, decidió desempolvar viejos escritos y convertirlos en Puta madre, una novela tan carnal como deseante.

Estás presentando tu nuevo libro Puta madre, ¿cómo lo estás viviendo?

Ay, qué fuerte que suena cuando lo decís (risas). Es reloco eso porque con Bruja moderna pasó lo mismo, porque en ese momento nadie la aceptaba… Tuve que discutir con la editorial para ponerle “bruja” al libro… me decían “no, a la gente no le va a gustar, va a sonar algo agresivoy bueno, después me pasó con Concha Podcast y ahora me pasa con Puta madre y así sucesivamente (risas).

 

Siento que le diste como un marco nuevo y de peso al concepto de bruja…

Yo sentía que no estaba público o que estaba mostrado no se… para gente más grande y que no había un mercado para mí. Todo lo que yo hago es porque a mí me gustaría consumirlo, pero no existe. Entonces viene un poco de ahí, de crear un universo en el cual yo me sienta representada y la verdad es que bueno, ya son 10 años desde que existe Fe, mi tienda esotérica, cuatro desde que salió Bruja moderna y pasaron un montón de cosas y sí, fue algo que empezó como un juego y terminó siendo algo enorme. Me lo tatué al libro, porque me cambió la vida la verdad. 

 

Sos productora audiovisual, venís del palo del cine… tenías tu escape en lo esotérico y de pronto tu escape se volvió una forma de vida…

Es algo que me pasa bastante (risas), a veces está bueno y a veces no tanto… porque es un refugio y después se termina transformando en un trabajo. Me pasó con Fe, me pasó con Concha Podcast… y cuando se transforma en un trabajo cambia todo. Pero creo que todo es así, todo tiene su ciclo, sus momentos y se va moviendo y eso hace que busquemos otros escapes y nos mantengamos frescos creativamente. Ahora, por ejemplo, random, mis amigas de Concha Podcast, Laura (Passalacqua) y Jimena (Outeiro), se ríen porque estoy aprendiendo a mezclar música… y a mí me parece supercreativo, un espacio donde no me importa ganar plata, donde puedo jugar, escuchar, aprender algo nuevo.. ese es mi espacio nuevo y si en dos años soy DJ profesional no se sorprendan (risas). 

 

Siempre haciendo cosas nuevas, te animaste también a lanzar tu propia novela…

Sí, en realidad esto empezó hace muchísimo tiempo y salió después de muchos años, el proceso de las cosas… tampoco empezó como una novela, sino como un ejercicio de un taller literario. Después fue como creciendo ese desafío de contar una historia, que no es algo que yo haga, y mi editora me convenció. A mí me divierte hacer cosas que no hago, porque me mantiene despierta, investigando y si tiene que ver con leer o escribir más, porque me fascina desde chiquita. De hecho, estoy re en una, porque estoy en lo de mi mamá en el sur, en este momento, y siempre me pongo a ordenar y encuentro cosas. Y encontré una carta, que le había escrito a mi mamá y a mi papá, cuando tenía ocho años, y decía: “mi sueño mayor son los libros, es lo más lindo que hay, porque ustedes saben que no me puedo dormir sin leer”. Tipo, terminé de leer eso y me puse a llorar y dije “ah, bueno… no es casualidad esto que me está pasando, es una búsqueda que viene medio desde siempre”. Y ahora estoy acá, en plena presentación del libro, refugiada en lo de mi mamá y sintiendo el vacío (risas).

 

“Yo hago lo que se me canta, te lo sigo así… no me importa si se va a vender o no, a quién está dirigido, las estrategias… solo pienso “¿cómo que esto no existe? ¡Tiene que existir ya!” Y voy y lo hago”

 

Es gracioso porque muchas veces nos ven en redes, haciendo mil cosas, pero por debajo hay una sensibilidad tan extrema…

A mí me causa mucha gracia porque la gente me dice “ay, Dalia, vos sos tan potente” y yo soy lo más llorona que hay. Pero bueno, detrás de ese poder tiene que haber una gran sensibilidad. De hecho, este libro es 1800 % vulnerable y es muy loco porque tuvo muchas versiones y para mí el personaje estaba revulnerable y mi editora me decía “no, a esta mina le falta arrastrarse por el piso a un 800 % más. Tenía que hacerla más miserable y yo no entendía porqué, es muy difícil en el proceso de escritura llevarte a vos misma a lugares en los que no te querés ver. Pero es muy sano hacerlo para sublimarlo, por eso te digo que el libro, ni idea si está bien o mal, si está técnicamente prolijo, si va a ser un éxito o no… para mí es un trabajo terapéutico.

 

Qué temas juegan dentro de Puta madre… me imagino que hay algo de deseo, de pérdida, de maternidad… ¡me reintriga!

Sí bueno, te imaginás bien (risas). Para mí es una pregunta muy interesante y es la pregunta que se hace todo aquel que hace una obra, ¿de qué se trata mi obra? Cuando yo me lo pregunté, me di cuenta de que pensaba que era algo mucho más sexual, pero tiene que ver muy profundamente con la maternidad. Lo sexual no es lo primero, si no el concepto de maternidad, no como la arquetípica madre, si no como, justamente, la puta madre, la persona que está conectada con el deseo de la maternidad, por sí o por no, y qué pasa con eso, qué pasa con la maternidad, qué pasa con el deseo, con la madre deseante… lo que pasa antes de ser madre y después de serlo. Y también habla mucho de los vínculos de las parejas abiertas, de qué pasa cuando estoy en pareja pero me gusta otra persona, cuál es la posibilidad de estar con otra persona y qué pasa cuando esas tres cosas se entremezclan y explota todo (risas). Son cosas que pasan y de las que no se hablan, recién ahora se está empezando a hablar, así que el libro cae en un gran momento… sobre todo desde el punto de vista de la mujer.

 

¿Hay que ser madre o desear ser madre para leerlo?

No, no tenés que ser madre para leerlo porque como mujer el tema nos interpela. Si somos madres porque lo somos y si no, porque te van hinchar con el tema y siempre está ese sentimiento de “debería ser”. Las vicisitudes de ser madre, tiene más que ver cómo atraviesa el deseo vital la mujer, por una cosa o por otra, te atraviesa. Creo que hasta te pueden pasar varias cosas… que quieras ser madre y lo leas y digas “bueno, no se si quiero tanto ser madre” o que no quieras ser madre y que lo leas y te despierte el deseo. Tiene que ver con una maternidad más real, atravesada por una vida real, entre otras historias.

 

Entre todo lo que hacés, ¿dónde encontrás el punto de unión?

Es muy loco porque con el libro estoy viviendo lo mismo que me pasó cuando abrí Fe, la gente decía “esta loca que está ahí vendiendo estampitas, vestida de Frida Kahlo…”. Pero, a la vez, interesa lo que hago, ¿no? Entonces ahora me metí con otros temas como el deseo, la maternidad, la poligamia… y, bueno, pasan cosas, de las que no se hablan, y alguien tiene que sacarlas a la luz. Cosas ocultas va a haber siempre (risas).

 

 

Puta madre está en todas las librerías del país, en tienda Fe, en versión ebook y en audio-libro. ¡Podés escuchar uno de los capítulos leídos por Dalia en Spotify!

 

CONTACTO

Dalia F. Walker

Web: www.ladalia.com.ar

Mail: dalia@somosfe.com.ar

Redes: ladalia

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