Entrevista
Entrevista | Nota de tapa

Heroínas de la nueva era

Mujeres empoderadas, jóvenes y fuertes, nos comparten su compromiso para hacer, de este, un mundo mejor. Responsables de instalar temas sobre la mesa, abrieron debate y comienzan a escribir una nueva historia.

“No voy a parar hasta que mi hija tenga los mismos derechos que mi hijo.
Pero, sobre todo, la que no va a parar es ella. Ellas no van a parar”, Luciana Peker

Mientras los nombres de las calles y arterias sirven para homenajear en su mayoría a hombres de la historia, son las mujeres quienes se adueñan de la vía pública para hacer valer sus derechos, pedir cambios sociales y darle voz a quienes ya no la tienen. Un dato curioso es que sólo el 4 % de las arterias en Buenos Aires con nombres de personas recuerdan a mujeres. En los años noventa, se inició el proyecto para darle nombres de mujeres a las calles de Puerto Madero y fue Leticia Maronese, autora del libro Mujeres y calles, Nomenclatura porteña, quien lo propuso a los bloques parlamentarios de los distintos partidos políticos. Así, ya se reconocen mujeres como Alicia Moreau de Justo, médica, política e impulsora de la democracia y defensora de los derechos políticos y sociales de la mujer, quien da nombre de una avenida principal. Hoy, las luchas llevan glitter, abrazos y juventud a la delantera y los cambios de paradigma están liderados por mujeres desde diversos ámbitos. Es un trabajo de hormiga que no descansa y requiere mucho sacrificio, pero en el que se avanza a pasos agigantados y del cual no se retrocede más.

Cosechando frutos
Tener referentes femeninos ayuda a la deconstrucción de un mundo masculinizado. Como expresaba Simone De Beauvoir, “sólo después de que las mujeres empiezan a sentirse en esta tierra como en su casa, se ve aparecer una Rosa Luxemburg, una Madame Curie. Ellas demuestran deslumbrantemente que no es la inferioridad de las mujeres lo que ha determinado su insignificancia”. Las mujeres siempre han hecho sus aportes en áreas como la política, el arte o la ciencia, pero han sido invisibilizadas. “Estamos aisladas de la historia, como si la historia no la hubiesen construido las mujeres. Es posible rescatar de la historia algunas mujeres, pero no hay una historia de las mujeres como un todo. La historia es la de los hombres como un todo, con mujeres que eran distintas a la época y se destacaron, como si fuera algo extraordinario que haya mujeres políticas en la historia. ¿Por qué? Porque las mujeres no escribieron nunca el mundo de las ideas” expresa Flor Freijo. Por suerte, las nuevas generaciones tienen la posibilidad de conocer desde sus primeros años nuevas formas de ver la historia. En nuestro país, por ejemplo, la editorial Chirimbote lanzó en el año 2015 una colección de libros infantiles llamados Antiprincesas (y Antihéroes) con la idea de mostrar nuevas referentes de “princesas”, diferentes de las conocidas tradicionalmente por la factoría de sueños reconocida mundialmente. Así, Frida Kahlo, Juana Azurduy o Violeta Parra toman protagonismo en el conocimiento y la imaginación de esta nueva generación. La periodista Luciana Peker afirma en su libro La Revolución de las hijas que el futuro es feminista y que “no sólo propone transformaciones, todavía mantiene la ilusión de que la transformación política es posible. Por eso quieren aplacar al feminismo y, frente a eso, nos tenemos que cuidar. Además, no expulsar a los varones hacia la vereda del neofascismo, pero invitarlos a dialogar, a escuchar y a cambiar sin autoritarismos, protagonismos ni privilegios”. En tiempos de cambio, tomar consciencia de esto es el primer paso. “Es maravilloso lo que pasa con las nuevas generaciones, porque se apropiaron, nos apropiamos, de hacer un cambio de paradigma. Este sistema patriarcal y capitalista está agotado y no funciona más y eso tiene muchas aristas. Son muchos los referentes que están naciendo”, se entusiasma Thelma Fardin.

“Es maravilloso lo que pasa con las nuevas generaciones, porque se apropiaron, nos apropiamos, de hacer un cambio de paradigma. Este sistema patriarcal y capitalista está agotado y no funciona más y eso tiene muchas aristas”, Thelma Fardin

Abriendo cancha
La piola del feminismo se tira y las hilachas de cambios llegan a todos los ámbitos sociales, porque en todos ellos se requieren nuevos espacios y formas más amigables con las mujeres habitantes de este mundo. En el año 2019, la pelota la patearon ellas. Las mujeres tomaron partido y se hicieron eco en todos los medios. Su principal vocera fue Macarena Sánchez Seanney, que puso el pecho y paró la pelota del lado de las chicas, cargando al hombro la lucha por la profesionalización del fútbol femenino y la búsqueda de un fútbol feminista. Con un gran paso adelante, ahora no las para nadie: “por hacer, falta mucho. Hoy en día bajan sólo ocho contratos profesionales y un plantel tiene entre veintiocho y treinta jugadoras. Faltaría que todo el plantel sea profesional y que haya inferiores de fútbol femenino, una escuela, una base para que las chicas tengan noción de fútbol desde temprana edad y no arranquen a los quince años”, desea Mili Menéndez, delantera de la Selección Argentina de Fútbol Femenino. Mili, al igual que muchas mujeres, juega desde pequeña al fútbol y sus comienzos fueron en una escuela de fútbol para hombres. Hoy en día, cada vez son más las jóvenes que se acercan al deporte: “cuando me fui de mi ciudad, Mar del Plata, solo había noventa jugadoras en la liga y hoy hay más de mil. En cada barrio vas a ver mujeres jugando en las canchas de fútbol. Por eso, es lindo cómo está creciendo el deporte”, añade. Ellas, que llevan no sólo la camiseta argentina sino también la camiseta de la lucha femenina por ganar terreno en este deporte, se merecen todo el reconocimiento que ya se está dando: “creo que después del Mundial, todo cambió en Argentina, para bien. Estoy contenta con el presente, ser parte de la Selección es increíble, cantar el himno con la remera de tu país no tiene explicación, un sentimiento hermoso y un orgullo”, concluye la deportista.

 “Faltaría que todo el plantel sea profesional y que haya inferiores de fútbol femenino, una escuela, una base para que las chicas tengan noción de fútbol desde temprana edad y no arranquen a los quince años”, Mili Menéndez

Alimentar la lucha
Derribarle la máscara con una cachetada de verdad a las grandes empresas alimenticias también es un tema de agenda femenina. Empezando por Soledad Barruti, que arrancó su tarea: “todo comenzó en la alacena, viendo qué era alimento y qué no, porque había cosas que no merecían ser llamadas alimento y, sin embargo, yo creía que ahí había algo”. Empezó dando vuelta las etiquetas, continuó en la góndola y terminó en estas empresas que elaboran los productos alimenticios y las que los decoran, ergo las empresas que generan los colorantes, los saborizantes y aromatizantes. “Todos los alimentos comestibles de la góndola son hechos con ingredientes muy básicos y decorados con un montón de aditivos que los hacen parecer cosas diferentes”, explica Soledad. Ella lee la letra chica y decodifica la fórmula adictiva y engañosa, esa que te hace creer que estás comiendo un yogurt de frutilla mientras comés todo, menos frutilla. Soledad visibiliza, advierte y denuncia con energía femenina no sólo las etiquetas llenas de basura ultraprocesada que nos venden, sino también las situaciones en que esas empresas tienen a su personal, como lo hizo en sus redes sociales con una cadena de supermercados. Gracias a mujeres que se unen, como ella, se puede seguir avanzando en este terreno de consciencia alimentaria. Seguila en sus redes como @Solebarruti

 “La comida es demasiado valiosa para entregársela a la industria”, Soledad Barruti

Eco warriors
La semilla del cambio son los más jóvenes y la generación activa ya demostró a lo que está dispuesta y todo lo que tiene para enseñarnos. Hablar de lucha ecológica es hablar también de Greta Thunberg, quien apostó por no asistir a la escuela hasta las elecciones generales de Suecia de 2018, tras una ola de calor y de incendios forestales. Realizó su protesta sentándose en las afueras de Riksdag durante la jornada escolar junto con un cartel que decía «Skolstrejkförklimatet» ("Huelga escolar por el clima”), inspirando al resto de los jóvenes a movilizarse y actuar por esa causa. “Las nuevas generaciones se están haciendo cargo de este mundo, entendiendo que así ya no funciona más. Inevitablemente, necesitamos un cambio de paradigma en todas nuestras formas de vida y de consumir. Somos la especie capaz de depredar a este planeta. Hay generaciones a las que le llevo diez años, que son quienes se van a apropiar de ese cambio de paradigma en todas las temáticas”, reflexiona Thelma Fardin. Es que, según Nicole Becker, activista que participa de un movimiento ecologista junto a otros jóvenes de entre 15 y 24 años, “entendimos la importancia y urgencia del tema y sobre todo, somos muchos quienes logramos convertir ese miedo y bronca sobre el escenario actual y futuro en acciones concretas, como es el caso de Jóvenes por el Clima”. Ellos luchan para que se tomen medidas necesarias para frenar los impactos de la crisis climática, con una perspectiva latinoamericana y de derechos humanos. Pero lo cierto es que, por más que esta lucha sea impulsada por adolescentes, es importante la toma de consciencia colectiva y transgeneracional: por cada uno de ellos hay, aproximadamente, dos padres y cuatro abuelos. Esto implica que cada millón de niños se suman hasta seis millones de adultos por detrás, ¿todo un número, no?

"Somos muchos quienes logramos convertir ese miedo y bronca sobre el escenario actual y futuro en acciones correctas", Nicole Becker

Nada como ir juntas a la par
Una causa más que liderar hoy en día, y que concierne a todas las mujeres, es la de ir a la par y no enfrentadas. Dejar de ver a la otra como competencia y hermanarse más con nuestro género: “la competencia femenina es lo que nos aísla y se da porque no tenemos diálogo entre nosotras. Eso fue lo que vino a romper el feminismo. Nos empieza a dar un diálogo entre nosotras y nos empieza a unir. Incluso las que no se consideran feministas empiezan a entender los problemas de las mujeres como algo colectivo”, reflexiona Flor Freijo. Hacer manada, contener y dejar de repetir discursos que nos ponen en veredas opuestas. Dejar de sentirnos solas y empezar a estar conectadas, “la soledad nos une a todas por igual y al mismo tiempo refleja la desconexión de nuestras miradas, la necesidad de la vuelta a la complicidad, al código de rescate, a nuestro propio salvavidas”, reflexiona Florencia Freijo en su reciente libro. Días antes de terminar el año 2019, me pasó algo que me confirmó que vamos por ese camino y que la complicidad viene de la mano de les jóvenes. Era medianoche en Buenos Aires y, mientras esperaba un colectivo que no tenía intenciones de llegar, otras chicas que también se encontraban en la parada me daban la confianza de sentirme en manada. Tal es así que al preguntar si podían pedirme un Uber desde su celular, no dudaron en dar el sí y al instante me preguntaron cuál era la dirección de mi destino. La espera ya era otra cosa y el final, inesperado. Cuando me levanto para despedirme, me piden mi celular para que les mande nuestro código de antaño: “llegué bien”. Ese mensaje donde siempre el destinatario es una amiga o alguien que nos quiere y aguarda nuestra llegada, lo recibiría esta vez, “Carola”, dándome como respuesta: “para eso estamos”.

 

Un libro:Los hombres me explican cosas, de Rebecca Solnit
Una ley que se debe cumplir: Ley Brisa. Otorga una reparación económica para hijos e hijas víctimas de femicidios.
Qué ver: #ChicagoGirl, un documental que se enfoca en la vida de una joven de 19 años que es estudiante de primer año en la universidad y dirige una revolución en Siria a través de las redes sociales en sus tiempos libres. Se trata de Ala’aBasatneh, que es responsable de conectar y proteger a personas que quieren protestar contra la ley marcial en Siria.


Un poema que empodera:
“Esta es
Greta Thunberg, cumpliendo
17 hoy, sin pedir
espaldarazos, ni regalos,
excepto que no seamos neutrales.
La Tierra conoce su bondad,
igual que todas las deidades, como
animales y la curativa
primavera. Feliz cumpleaños
a Greta, que se paró hoy,
como todos los viernes, negándose
a ser neutral.”
Patti Smith

 

Texto: Alejandra Bertolami

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