Como siempre, en la vida, hay más de un camino por elegir. Pero, para elegir, uno tiene que hacerse dueño de sus propias decisiones, ¿no? Podemos pararnos frente a este contexto —que a todos nos genera emociones negativas, problemas y sufrimiento— de dos formas: “todo está mal y va a estar peor” o “a esto lo vamos a superar y puedo capitalizarlo”. Llevamos cuidándonos más de dos meses y nuestra vida cambió. Ya no es lo que era, aunque tampoco es lo que será. Estamos en un tiempo bisagra pero, a pesar de todo lo malo que estamos viviendo, siempre podemos elegir mirar el vaso medio lleno. Así como también aprovechar este momento inusual para repensar la vida que queremos llevar de cara al futuro. Las cosas cambiaron y nosotros también lo estamos haciendo. Nuestra rueda de valores se dio vuelta y nos dimos cuenta de cuáles son nuestras prioridades cuando hay peligro afuera. Sentimos que el trajín diario al que estábamos acostumbrados nos queda grande, que estar un poco más en casa no está mal, que en lo primero que pensamos cuando hay un virus fuera acechando vidas es en nuestros seres queridos. El hecho de no poder abrazar a toda esa gente que tan bien nos hace, sin dudas también nos llama a sentir la importancia de pasar más tiempo con ellos. El funcionamiento de la casa tampoco es lo que era, los integrantes del hogar asumen nuevos roles, responsabilidades y dinámicas entre ellos. Reencontrarnos con viejos hobbies, encontrarnos con el aburrimiento y con espacios que podemos dedicar para nosotros, nos hacen revalorizar el tiempo de goce. Las nuevas tecnologías nos llenaron de posibilidades y nos crearon espacios que simplifican muchos aspectos. Sin embargo, aunque todo cambie y el universo nos diga a gritos que nosotros debemos cambiar con él… elegir el cambio depende de nosotros. Pero, ¿cómo hacernos dueños de nuestras propias decisiones y vivir la vida que queremos?

Hackeá tu mente
Al igual que cuando vamos a hacia algún lado, lo primero que tenemos que saber es en qué dirección estamos y cuál queremos tomar; si deseamos rediseñar nuestra vida, primero debemos analizar dónde estamos parados, cuáles son nuestras prioridades, cómo nos sentimos y qué es lo que tenemos. Romina López, formada en PNL, Neurohacking, Biohacking y Coach Ontológico, explica el porqué desde su abordaje: “lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos, están en íntima relación. Hay un montón de variables internas, que tienen que ver con mis pensamientos, y externas, que tienen que ver con lo que me pasa, que, según cómo yo las maneje, van a generar ciertos resultados en mi vida. Nuestra manera de crear realidad tiene que ver con las decisiones que tomamos, que algunas veces son conscientes y muchas veces inconscientes, aprendidas y hechas en automático todos los días”. La propuesta del Neurohacking parece encajar justo en este momento que queremos crear desde nuestra mente, la vida que verdaderamente deseamos para hacerla realidad. Ya sean pequeños ajustes o cambiar nuestra vida por completo, si no pensamos en la vida que queremos, nunca podremos hacerla realidad. El término “hackear” enseguida nos conecta con cosas malas, ¿no? Sin embargo, Romina aclara que “hackear significa tomar el control de nuestra mente. Tiene que ver con poder descubrir cómo yo creo mi realidad a diario. Cuando pensamos, sentimos y hacemos, la unidad de nuestra vida es el pensamiento. Y este pensamiento está basado en nuestros cinco sentidos”. Es decir, nosotros creamos realidad de manera consciente e inconsciente a través de imágenes, sonidos, sensaciones, sabores y olores. De esta manera, si hoy nos levantamos angustiados por el contexto por el que estamos pasando, según la lógica del Neurohacking, nos sentimos así porque lo estamos haciendo con nuestra mente. Al respecto, Romina agrega que “si me levanto y me siento mal, seguramente hay alguna imagen, monólogo o diálogo interno que me esté diciendo a mí misma que esté generando este resultado. Por eso tenemos que buscar ser conscientes de eso, y hasta del tono de la voz, si es mi voz o si es la voz de otra persona…”. También nos puede suceder que, en este contexto de —como lo llama Romina— “infoxicación” por el Coronavirus, nos levantemos con una imagen en nuestra cabeza proveniente del noticiero. “El problema es que si dejamos en nuestra mente esas ‘películas’, lo que vamos a generar es seguir sintiéndonos mal”, agrega Romina. La buena noticia es que si podemos hackear todas esas cosas que nos hacen mal o que ya no queremos para nosotros, estamos haciendo lugar a nuevas posibilidades. Pero, ¿por dónde empezar? Está claro que de buenas a primeras no po-demos eliminar esa voz que, de manera inconsciente, nos dice cosas en forma de pensamientos que luego se vuelven realidad. Sin embargo, una vez que tomamos consciencia de ella, podemos empezar a trabajarla. De esta forma, podemos comenzar a buscar nuevas películas mentales, otro tono de voz y evocar nuevos pensamientos. “Si, por ejemplo, yo desde la mañana en vez de decir ‘otra vez encerrada en casa’ digo ‘en mi casa me siento a salvo’, y me repito esa frase con una voz suave, relajada y evoco imágenes mentales de refugio, puedo empezar a generar en mí misma bienestar”, asegura Romina.

 “Hackear significa tomar el control de nuestra mente. Tiene que ver con poder descubrir cómo yo creo mi realidad a diario. Cuando pensamos, sentimos y hacemos, la unidad de nuestra vida es el pensamiento. Y este pensamiento está basado en nuestros cinco sentidos”, Romina López

El poder del Neurohacking
Desde este enfoque, los cambios se generan mucho más rápido que en terapias convencionales, por-que no se busca el origen del problema sino descubrir cómo la persona genera sus resultados en la vida. Pero, para ello, la condición fundamental es que el consultante esté abierto y comprometido con el cambio, parado desde un lugar de aprendiz. “Nosotros no nos preguntamos ¿por qué sos tímida? Sino que nos preguntamos ‘¿cómo esa persona genera timidez?’. Por ejemplo, podemos descubrir que esa persona se repite a sí misma ‘hay mucha gente’, ‘no soy valiosa’, ‘yo no me sé exponer’… la cantidad de variables es enorme. Cuando se empieza a descubrir este mundo mental, a través de la relajación profunda dirigida, abrimos un acceso a la mente inconsciente que tiene todos los recursos”, asegura Romina. Y ahí es cuando aparecen esas respuestas y desde ese lugar es que podemos acceder al mundo mental y hackearlo.

Una idea, un papelito
Ahora que conocemos el abordaje del Neurohacking, es momento de darle claridad y espacio a nues-tro cerebro, para luego instalarle nuevos pensamientos y dirigirla hacia nuestro objetivo: cambiar nuestra vida. Para ello, Ana Dorado, especialista en técnicas visuales puestas al servicio de comunicar, gestionar mejor y bajar ideas, comparte con nosotros una técnica práctica que utiliza los días que está muy abrumada o con muchas cosas en la cabeza. “Bajo todas las ideas, pensamientos o cosas para hacer, cada una en un post it. Saco todo de mi cabeza porque, si no lo bajo al papel, el cerebro no me lo para de repetir. Una vez que lo bajé, le doy espacio y la mente se tranquiliza porque se siente escuchada”, explica Ana. Lo bueno es que esto también puede servirnos como una especie de terapia catártica, en la que uno puede sacar de su cabeza dudas, preguntas, angustias, miedos, sensaciones… todas aquellas cosas negativas que lo único que hacen es ensuciar nuestra mente y, por ende, nuestra realidad. Una vez que bajamos las ideas y preocupaciones, Ana aconseja revisar las preocupaciones y contrarrestarlas con algo positivo: “busco adentro mío una imagen de solución a eso que me preocu-pa. Si, por ejemplo, siento que no voy a poder con algo, busco un momento en el que sí pude con algo”. Una vez encontrada adentro nuestro, la propuesta es acompañar a esa preocupación con un dibujo —muy básico y como nos salga del corazón— de su solución. Es importante pasar por esta instancia porque si nos quedamos en las quejas o los miedos, entramos en una resonancia negativa difícil de salir y gran depredadora de nuestra energía. Romina nos recuerda que “la queja es impro-ductiva, no nos permite llegar a ningún lugar. Cuando nos encontramos con la queja lo importante es cerrar los ojos, respirar y hacernos preguntas: ‘¿Qué quiero lograr con esto?’ ‘¿Qué estado necesito para lograr lo que quiero?’. En la medida en que me voy dando cuenta de qué quiero, pue-do empezar a crearlo en mi mente. Poder ubicar dentro de este mapa mental lo que sí quiero y lo que ya no quiero, me permite hacer foco”. Y a ese foco luego lo necesitaremos para poder diseñar la vida que queremos, por lo que es clave ordenar la mente para encontrarlo. A la hora de crear una nueva rutina, empezar por preguntas del estilo de “¿qué ya no me sirve?, ¿qué ya no quiero?, ¿con qué ya no me siento cómodo?, ¿con qué no puedo?, ¿qué me limita?, ¿qué me da miedo?” y terminar con preguntas como “¿qué sí quiero?, ¿qué quiero pensar?, ¿qué quiero sentir?, ¿qué quiero lograr?, ¿cómo quiero vivir?, ¿con qué sí puedo?”… nos ayuda a emprender la búsqueda.

¿Qué pasa si tengo muchas ideas positivas?
Esta técnica de bajar las ideas al papel, también se utiliza en aquellos momentos de inspiración, en los que se nos ocurren muchas ideas, o de motivación, cuando tenemos ganas de llevar a cabo varias cosas. Es ideal para ordenar nuestra mente y enfocar la energía en dirección de nuestros objetivos de forma más rápida y efectiva por lo que podemos utilizarla en este momento para ser más productivos.

Orden de afuera hacia adentro
“Como está tu habitación, está tu cabeza”, repetían las abuelas. La razón de esta frase es que cuando el cerebro ve desorden, se pone en modo alerta. El cerebro ve cosas, pero no sabe qué hay debajo de esas cosas y eso nos genera ansiedad y estrés. Ana Dorado argumenta que “esa alerta es la que genera estrés, la que nos hace estar duros, la que nos empuja tomar malas decisiones. Tener orden en la casa, en la computadora, en los papeles… en el cerebro, nos da paz e influye muchísimo en nuestra productividad y en el logro de nuestros objetivos”.

Prioridad: hacer foco
Una vez que sabemos qué sí queremos, es cuando podemos empezar a hacer foco para dirigir nuestra energía hacia el objetivo. Pero cuando hablamos de cambiar o mejorar nuestra vida, hablamos de tomar decisiones. Y para tomar decisiones, tenemos que, primero, reconocer cuáles son nuestras prioridades. Al elegir nuestras prioridades, entonces podemos hacer foco, direccionar nuestra energía y or-denar nuestra vida en torno a ellas. Todos arrastramos esa sensación de nuestra vieja rutina de “no tener tiempo”. Sin embargo, Romina nos trae un concepto supertranquilizador: “el tiempo es una ilusión, es decir, no hay algo que exista si no está dentro de nuestra mente. Todo lo que tenemos es lo que está sucediendo aquí y ahora, de esta forma nos damos cuenta que si una persona se siente desmotivada, por ejemplo, es porque está trayendo información de su pasado a su presente en piloto automático”. Es decir, lo que estamos pensando no es una entidad en sí misma sino que nosotros le estamos dando una entidad que puede cambiar, solo si estamos dispuestos a hacerlo y a descubrir cómo. Siguiendo en línea con esta sensación de “no tener tiempo”, Ana Dorado explica que “cuando sentimos esto, en general, es porque no estamos priorizando bien las cosas. Muchas veces cargamos nuestros días con cosas que por ahí son irrelevantes para nuestras prioridades. En cambio, si vos sentís que llenás el día con cosas que para vos sí son importantes, que responden a tus prioridades, esa emoción de no tener tiempo disminuye y tu vida se llena de sentido”. A la hora de sentar-nos a repensar nuestras prioridades, es importante detectar cuál es la mayor necesidad que tenemos de cambio, eso generalmente nos asocia directamente con un ámbito de nuestra vida y, como explica Romina, “en base a ese ámbito de la vida que la persona necesite trabajar, podemos empezar a hacer foco. En general, cuando la persona empieza a hacer foco en ese aspecto, no solo encuentra soluciones para esa esfera de su vida, sino que además va moviendo y acomodando, a través del proceso, los otros ámbitos de su vida”. Una buena forma de ponerse manos a la obra, es comenzar a reordenar todas esas cosas que sacamos de nuestro cerebro en los distintos ámbitos importantes de nuestra vida. “Yo aconsejo ir ordenándolas en una hoja por ámbito, en cada hoja pego los papeles con las cosas que pienso que estén relacionadas con cada ámbito de mi vida. Al ir reordenando esto, enseguida puedo visualizar cuáles son mis prioridades de hoy”, comenta Ana. Así, cuando reconocemos lo que verdaderamente nos importa y le damos espacio, ya estamos listos para comenzar a soñar la vida que queremos.

“Si vos sentís que llenás el día con cosas que para vos sí son importantes, que responden a tus prioridades, esa emoción de no tener tiempo disminuye y tu vida se llena de sentido”, Ana Dorado

El mapa de los sueños
Una vez que nuestro cerebro está vacío de toda esa información que ya no nos sirve y tiene ordenado todo aquello que sí queremos y que sí nos importa, entonces ya estamos en tiempo de empezar a soñar. Este es el momento de no limitarnos, sentir nuestros propósitos y preguntarnos: “¿qué es lo que realmente deseo hoy?”. Para esto, Ana Dorado, nos invita a realizar un ejercicio hermoso, el Mapa de los sueños, que tiene mucho que ver con esto de descubrir “hacia dónde quiero ir”, de una forma muy básica pero muy potente. La especialista explica que se trata de “aterrizar en un hoja, en una pizarra, en un corcho, en un afiche… da igual, mientras no sea la compu, ‘¿qué tendría que haber en mi vida para que mi vida sea la ideal para mí?’. Básicamente, es plasmar en un collage o dibujo la vida de tus sueños. El mapa de los sueños, sin embargo, es más que una invitación a soñar, ya que ayuda a seguir conectándonos con nuestras prioridades y a hacer foco para llegar a nuestro objetivo: hacer realidad la vida de nuestros sueños. Este no es un momento para ver cómo lo hacemos o analizar si estamos lejos o cerca de eso que queremos lograr. Ana Dorado ejemplifica: “si vos querés correr una maratón, y en este momento no podés correr ni a la esquina, no importa, tenés que ponerte corriendo una maratón porque te vas a estar diciendo a vos y al universo cómo querés estar en el futuro”. A la hora de crear nuestro Mapa de los sueños, no es aconsejable reparar en lo estético, porque si reparamos en esto perdemos el foco y el sentido de lo que estamos haciendo. Puede ser una suerte de collage que mezcle palabras, fechas, imágenes, fotos, recortes, post it, dibujos…y Ana refuerza que “los dibujos son tantísimo más potentes y siempre digo que, si no lo puedo dibujar, no lo estoy entendiendo”. De esta manera, poner en imágenes la vida que quiero crear para mí, es la primera forma de empezar a crear y a tomar decisiones al respecto. Algunos tips:
- Ponete en modo gratitud. Antes de sentarte a hacer el mapa, es bueno que conectes con vos y con tu gratitud. Agradecer la claridad, este momento para vos, todo lo que lograste hasta acá, tu flexibilidad al cambio y la posibilidad de conectar con el privilegio de estar pensando en tu futuro y diseñando tu vida.
- Regalate este momento. Tenés que estar conectado con vos y con lo que querés. Tiene que ser un momento de placer, por lo que todo lo que te ayude a entrar en sintonía es bienvenido. Prender una vela, ponerse música, un rico olor pueden ser algunas ideas.
- Hacelo en positivo. El solo hecho de pensarlo así, te acerca a soluciones. Si, por ejemplo, querés dejar de fumar, no pongas un cigarrillo tachado, porque el cerebro no entiende que está tachado. Más bien imaginate el aspecto positivo de dejar de fumar, por ejemplo, disfrutar del deporte.
- Te tiene que hacer vibrar alto. Te tiene que conectar con una linda emoción, porque cuando tus vibraciones se levantan, atraés en esa misma vibración. Siempre está bueno ir chequeando que cuando estés haciendo el mapa, sea un momento que estés conectado.
- Detallá todo lo que sientas. A menos que no puedas conectar con esos detalles y los tengas que forzar, pensá en cada pequeña cosa que convertiría a tus deseos en sueños perfectos. Si, por ejem-plo, te querés mudar a una casa nueva, podés dibujarla tal cual la querés de diseño, color, forma, et-cétera.
- Priorizá el fin. En este tablero tienen que estar los fines, no la forma de cómo llegar a ellos. Si te querés comprar una casa, no pongas que necesitás un crédito, si no estarías limitando las posibili-dades que el universo te puede dar.
- Hacete responsable de tus sueños. Todo lo que estás poniendo en el mapa depende de vos, no pongas nada que le corresponda a otra persona ni a otra coyuntura. Podés incluso mostrárselo a una persona de tu confianza y explicarle en presente la vida que creaste para chequear.

Tip de empoderamiento
Si la vida que soñamos la sentimos lejana o algo inalcanzable, un buen ejercicio es anotar todos tus logros en un papel. Si revisamos en nuestra vida, podemos encontrar un montón de cosas que algún día las vimos inalcanzables y que ahora son realidad. La idea es conectarnos con una alta vibración, empoderarnos y llenarnos de posibilidades.

Ahora sí, hackeá tu rutina
Ya tenemos conocimiento de nuestro mundo mental, hicimos orden en nuestro cerebro, elegimos nuestras prioridades y empezamos a entender esto de instalar nuevos programas en nuestra mente que nos orienten al cambio y a lograr la vida que queremos y cómo queremos vivirla. “Yo puedo pensar y puedo sentir distinto, cuando conozco mis pensamientos, puedo empezar a cambiar el tono de voz con el que me hablo, anclar imágenes y películas mentales que evoquen sensaciones que sí quiero experimentar en mi vida”, explica Romina. Ahora que tenemos este poder en forma de conocimiento, es hora de empezar a calendarizar y organizar nuestra nueva rutina. ¿Se acuerdan de los papelitos de Ana Dorado? Bueno, ahora es momento de volver a utilizarlos para armar nuestra agenda. “Trabajo con papelitos porque son flexibles, se pegan y se despegan. Realmente no es lo mismo que escribir en una agenda porque, la carga emocional de escribirlo y no cumplirlo, nos pesa”, agrega Ana. En cuanto a las estructuras tan temidas de las rutinas, Romina suma que “las rutinas son fabulosos esta-bilizadores para nosotros. Algo determinado, le permite a nuestro cerebro tener una mayor sensa-ción de control”. La propuesta de Ana es diseñar nuestra semana ideal en una hoja, con los días mar-cados con rayas que dividan e ir colocando los papelitos con lo que idealmente queremos vivir en esa semana, es decir, otra vez nos encontramos frente a la necesidad de tomar decisiones. “Cuando me tomo el tiempo y la energía de diseñar mi semana ideal, tarde o temprano, las cosas se acomodan y comienzan a ordenarse. Es empezar a darle lugar en mi agenda a lo que quiero que esté en mi agenda”, explica Ana. Y aquí parece importante que reparemos en lo que “realmente queremos que tenga espacio en nuestra agenda” y chequear qué imágenes mentales nos evoca nuestra agenda. Si solo tiene “tengo que”, cosas relacionadas con el trabajo, compromisos, urgencias y cosas por resolver, entonces claramente estamos necesitando hackearla para poder sumarle momentos para nosotros, de goce, de relajación, de movimiento, de conexión con nuestros seres queridos… Según Romina, “te-nemos que tener al menos una hora de darnos placer y bienestar, cualquier cosa que nos conecte con un estado de flow, de relajación, de disfrute, de amor, de risa…” y al respecto, propone, un ejercicio de flexibilidad: “Dentro de mi rutina, ¿qué otra cosa puedo hacer para generarme bienestar?”. El paso siguiente será, con el pasar de la vida, seguir viendo qué cosas sí, qué cosas no, cuánto tiempo nos lleva cada cosa, mover papelitos, hacernos preguntas e ir chequeando constantemente nuestro mundo de pensamientos que, ya entendimos, siempre se vuelven realidad pero el control lo tenemos nosotros.

ESPECIALISTAS CONSULTADAS
ANA DORADO
Visual Thinking
Registro Visual / Facilitación gráfica
Mail: hola@anadorado.com
Instagram: @_anadorado_
Web: www.anadorado.com

ROMINA LÓPEZ
Licenced Máster en PNL Avalada por Richard Bandler
Neurohacking, Biohacking y PNL pura y actualizada by Melina Vicario
Mail: romylopezneurohacker@gmail.com
Instagram: @romylopezarg
Web: www.romylopez.com