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Mística artesanal

La tecnología nunca le ganará a las manos del hombre, si son ellas las que remaron las mejores olas del mundo y hoy plasman ese conocimiento en generar tablas a medida para todo aquel que se anima a usar el mar como medicina.

Desde hace ya treinta años que el apellido Galindo hace eco de costa a costa y es sinónimo de surf y poder local. Jóvenes y audaces, gestaron Camarón Brujo en un garaje familiar y tuvieron el empuje suficiente de surfistas, amigos y parientes para crecer y afianzarse: “comenzamos a hacer tablas por un tema de necesidad: buscábamos una tabla que no encontrábamos”, recuerda Sebastián de sus comienzos como surfista, cuando, persiguiendo el sueño de ser profesionales, imaginaban una tabla que les permitiera realizar una buena performance. En aquel entonces, los fabricantes hacían tablas más pesadas y no con el detalle que precisaban. A fuerza de prueba, error y pasión, se dieron paso en una industria donde el conocimiento se construía aventurándose.

Pasión por el mar y el trabajo
Para aprender a fabricar tablas, Sebastián aprovechaba los viajes a Brasil o Hawái, donde donaba parte de su tiempo en barrer y ayudar en talleres buscando esa excusa para poder aprender de los grandes maestros. Recuerda una anécdota en particular que le esboza una sonrisa en su rostro: “como en Argentina no se conseguían los insumos adecuados para fabricar, una vez me fui hasta Porto Alegre en colectivo para traerme dos espumas para hacer dos tablas. Dormí en la estación y volví”, lo cual demuestra que la pasión por lo que uno hace traspasa todo tipo de obstáculos. El crecimiento de Camarón Brujo fue escalonado: primero, desde el garaje, realizaban un trabajo más artesanal, hasta que lograron montar su primer taller, donde a la par de gestar tablas, comenzaron a dedicarse también a la indumentaria con originalidad y propuestas jugadas. Hoy en día, venden a todo el país y cuentan con un local en el corazón de Güemes, mientras conservan su local a pasos de Juan B. Justo, que también funciona como fábrica.

 “El mar te transforma y te cambia el estado de ánimo: entrás de una forma y automáticamente salís de otra”, Sebastián Galindo

A mano y a medida
Si bien la tecnología se pone a nuestra disposición, en Camarón Brujo volvieron a las raíces: “en el mundo, las tablas se hacen a través de un torno CNC de control numérico computarizado donde se diseña a través de la pantalla y el 90% lo hace la máquina. A mí, me gusta diseñar la tabla en la computadora, imprimir los patrones y hacerlas a mano”, detalla Sebastián. La ventaja, de esta manera, es justamente la mística: “con la experiencia que tenemos en el tema y la impronta de la mano, es un plus fabricarlas de esta manera. Hoy, tengo la memoria de las curvas y cuestiones que sé que no funcionan y no las aplico. Shapear y surfear te da una diferencia”. La especialidad de Camarón Brujo son las tablas a medida, pero también cuentan con un stock disponible para orientar al cliente y que no se lleve algo que no le sirva. Para eso, cuestiones como el peso, tipo de olas que piensa frecuentar y muchas variables más son premisas fundamentales que tiene en cuenta Sebastián, que afirma que en la tabla adecuada, cualquiera puede animarse a estar en la cresta de la ola al menos un rato.

 La fish es una forma que va muy bien para Mar del Plata. Es una tabla muy versátil y divertida cuando la ola es chica

La elegida x Seba Galindo
En otro momento me hubiese quedado con una tabla corta, hoy me quedo con una cómoda. Un 6,6 que me permita agarrar olas fáciles cuando hay olas grandes, que es más divertido. Pero que también sea juguetona en olas chicas.

CONTACTO
Camarón Brujo
www.camaronbrujo.com
J. B Justo 1252
Redes sociales: @camaronbrujo

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