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Aprender a aprender

Autor: Ale Bertolami

La educación pasó del cole al hogar y del pupitre a la pantalla. ¿Por casa cómo la llevamos?

De la noche a la mañana, pasamos de dejar a los chicos en la puerta del colegio a dejarles nuestro dispositivo móvil o computadora para que puedan conectarse a Zoom y realizar la clase del día. La sumatoria de tareas domésticas, laborales y de docencia se esparcen en una agenda de veinticuatro horas que transcurre dentro de nuestro ámbito más privado: la casa. Para poder ser eficientes, es necesario invertir tiempo y cabeza en generar una rutina. Este plan resulta ideal para armar entre todos haciendo partícipes fundamentalmente a los menores.

 

Aprender a dosificar
En estos tiempos, debemos tener en cuenta los espacios de las tareas escolares: “tratar de que el momento para hacer las tareas de la escuela sea previsible y dosificado. Y si se puede, en el mismo momento del día para que esté establecido”, aconseja Melina Furman, doctora en educación profesional. Esta nueva instancia de enseñanza requiere que la familia se organice y acompañe a los hijos e hijas a la par: “podemos estar los adultos disponibles para estar sentados al lado. No para responder la tarea de los chicos, sino para acompañar, preguntarles qué aprendieron y ayudarles a construir el oficio del alumno”, añade. Ordenar el espacio, tratar de concentrarse viendo por dónde empezar y organizar las tareas, son pasos centrales para el éxito escolar.

 

“Que a un chico le vaya mal en la escuela no tiene que ver, en muchos casos, con que no entienda los contenidos, sino que no sabe organizarse o desarrollar esas herramientas para aprender a aprender”, Melina Furman


Tareas del hogar
Otra parte de la educación es pensar las tareas de la casa. Dependiendo de la edad del niño, es importante darle una tarea a su cargo, por ejemplo: poner la mesa, ubicar la ropa sucia donde corresponde, ordenar juguetes y luego ir incrementando. Una manera práctica puede ser “hacer una lista de las tareas de cuarentena para llevar todos juntos las tareas del hogar y sortearlas o dividirlas de acuerdo a lo que cada uno sienta más cómodo”, aconseja Melina. Otra parte de la rutina es incluir cómo se usa la tecnología: “qué momento vamos a estar conectados y para hacer qué, cuáles son los momentos de desconexión y qué tiempo dedicamos a estar juntos”, añade la especialista y hace hincapié en la importancia de generar una instancia de ocio y encuentro. Para que una rutina no falle, es importante que sea flexible e ir ajustándola de acuerdo a los momentos que transitamos: “a muchas familias con hijos más grandes les da resultado que arranquen el día un poco más tarde y eso está bien. Se sabe que el reloj biológico de los adolescentes los hace ser más noctámbulos”, concluye.

Emociones revueltas
Los pequeños se merecen un premio. De un día para el otro, aprendieron el significado de la palabra Coronavirus, pero lo más difícil que les tocó aprender es cómo hacer más fácil la tarea de extrañar a sus pares y a sus abuelos, algo que no es sencillo suplir: “requiere inventiva y tratar de buscarle la vuelta para hacer encuentros para jugar con amigos por videollamada o por Zoom. Con pocos niños, porque cuando son varios no funciona bien. Jugar a distancia el Tuti Frutti, dados, ahorcado o algún juego en línea”, ejemplifica Melina. Estar conectados, para seguir teniendo esos contactos necesarios y también nosotros tener tiempo en agenda para jugar con ellos: “leerles, cantar, tratar de acomodar nuestra vida laboral, pero que haya algunos momentos de juego que nos den felicidad a todos para mantenernos sanos y en equilibrio”, culmina. Una buena manera es aprender a reconocer las emociones, ponerles un nombre: “no es lo mismo estar enojado que frustrado, no es lo mismo estar feliz que entusiasmado, son distintos matices de las emociones y vale la pena ir teniendo más consciencia de lo que sentimos. Algunas familias usan un frasco y guardan emociones y momentos del día en papelitos. Luego ese frasco se abre y se mira todo junto”, concluye Melina. Vos, ¿qué emociones estás transitando?


Enseñar en casa
Cuatro tips de Melina Furman para aprender a aprender:
- Construir el oficio de alumno: en qué poner foco, cómo hacer para no desconcentrarse, cómo estar tranquilos, cómo dosificar el tiempo, ayudarlos a buscar información. Ayudarlos a ver qué sitios son confiables y cuáles no.
- Ayudar con pistas: pedir que expliquen qué entendieron ellos de la consigna.
- Darles un tiempo: para que puedan explicar con sus palabras qué aprendieron y que cosas sabían de antes.
- Aprovechar las tareas escolares: como excusa para seguir explorando juntos y para contagiar las ganas de aprender.


DOS LIBROS PARA TU BIBLIOTECA:
- El monstruo de colores, de Anna Llenas: Ideal para leer a los más peques y aprender a identificar las emociones.
- Guía para criar hijos curiosos, de Melina Furman: con actividades y juegos estimulantes para hacer con los chicos en casa. Porque son esas experiencias compartidas las que van a moldear su vínculo con el conocimiento y les van a dar las herramientas y el deseo para seguir aprendiendo.

ESPECIALISTA CONSULTADA
Melina Furman
Dra. en Educación (Columbia University).
Profesora de la Universidad de San Andrés e Investigadora del Conicet.
Instagram: @Melifurman

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