Una nueva dinámica de trabajo —con más home office y menos reuniones presenciales—, cierto momento de la vida o, simplemente, ganas y disponibilidad para dedicarle un poco más a cómo nos vemos; estas y otras instancias pueden ser el puntapié ideal para reconstruir el estilo personal. La propuesta que yo impulso y sostengo es pensar en cambios que reflejen nuestro interior y estén alineados con el mensaje que queremos transmitir. Además, no hay que perder de vista que ocuparse de una misma puede formar parte de un camino de autoamor sin retorno. Para ir hacia esta transformación, estas son mis sugerencias.

Practicar el amor propio frente al espejo

Este es un primer paso para reencontrarnos y modificar nuestra autopercepción corporal. Amigarnos con las variaciones inevitables que ocurren en el cuerpo con el paso del tiempo, con nuestra fisonomía natural, nuestra belleza real y hasta con alguna cicatriz o marca… generará más seguridad y ganas de ocuparnos de lo exterior. En este punto, también entra en juego el diálogo interior. Qué nos representa en este tramo, cómo es nuestro día a día, cuáles son las transiciones que experimentamos recientemente o nuestros proyectos en mente; serán buenas preguntas iniciales para construir un estilo personal de vestir. Esto permitirá direccionar nuestro estilo y ayudará a que las próximas compras sean más eficientes.

Tomar las riendas del armario

Hay una ley de marketing y ventas que dice que del 100 % de nuestros clientes, el 20 % de ellos nos genera el 80 % de las ganancias. Si lo llevamos al guardarropa, la proporción es igual. Es más fácil recurrir a lo que está a mano, a lo seguro. Sin embargo, es probable que contemos con prendas ni recordadas. Un gran tip de moda es seleccionar y darles vida a esas perlas olvidadas que, con nuevas combinaciones y variantes, te harán sentir renovada. ¡No hace falta llegar al límite de la tarjeta de crédito para vernos distintas! Ni tampoco es necesario comprar ropa para autopercibirnos así. Descartar, hacer circular o reformar son las pautas para llegar a un placard 100 % usable. Esto te permitirá ser dueña de tu apariencia, encontrar tus estilos de ropa y construir tu propio marketing personal. 

Colorimetría a tu favor

Los colores están asociados inconscientemente a cualidades y emociones, tienen efectos ópticos y son decodificados por nuestra mente de una manera particular. Dar con aquellos que nos hagan ver radiantes y que estén acordes con nuestro mensaje será fundamental. La realidad es que los colores se sienten y, con un poco de atención, podemos darnos cuenta fácilmente de qué colores nos hacen ver mejor. Para una entrevista de trabajo, un azul puede transmitir compromiso. Si tenemos una presentación en público, el verde reflejará experiencia y calma, y el rojo, pasión. El blanco, en cualquier ocasión, generará una sensación de pureza y armonía. 

La idea será incorporarlos en la prenda superior o a algún accesorio.

Buscar prendas con acento y jugar

Son aquellos ítems estampados, con una textura especial, un color llamativo o un diseño más innovador que suman la cuota de originalidad a un conjunto y dan una marca personal. Además, permiten lograr mayor variedad de outfits con menos ítems. La consigna es animarnos a probar un mix de texturas y tonos diferentes, tipologías o modelos que prejuzgábamos que "no eran para nosotras" y darles mayor jerarquía a los detalles. La única regla inamovible: darse el permiso para volver a elegir una y otra vez. 

Por: Florencia Ducos 

Lic. En Relaciones Públicas

Mg. En Marketing Estratégico

Dirige su Certificación en imagen y marketing personal modalidad online

Web: www.florenciaducos.com 

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