La alta costura parece algo inalcanzable y que no nos afecta a ninguna de las simples mortales que cada día nos vestimos y que, igual, nos gusta la moda un poquito. Desde una catarata de memes con Shakira y su traje “No” de Viktor & Rolf (que ya había sido utilizado por JLO en 2018) hasta unos looks inspiracionales del front row, como los de Cardi B… lo cierto es que de la París Haute Couture Week Otoño-Invierno 2023/2024, se desprenderán tendencias que todas estaremos mirando o llevando pronto desde la esfera más terrenal del acto del vestir. Desde la cumbre de la industria, la moda más osada, especial e innovadora, deja una estela de tendencias que irá descendiendo hacia abajo durante el resto del año. Aquí un repaso.

Arte y maximalismo:

Como cada año, la firma Schiaparelli nos recuerda que la moda, cuando quiere, es arte. Encargada de abrir la semana de la Alta Costura, la colección estuvo cargada de referencias de la Historia de la moda como surrealismo, fauvimos parisino, las obras de Matisse o de Yves Klein, las esculturas de Giacometti, fueron algunas de las referencias más notorias. Con el azul como protagonista, sin perder los estallidos de colores y los sobrios blanco y negro, reinaron el volumen y las texturas, así como los accesorios, muchos de ellos de madera, dando así el valor a lo artesanal. 

Lujo silencioso:

En la otra cara de la moneda: Fendi. Una oda a la tan hablada tendencia del lujo silencioso con el foco puesto en la primera colección de alta joyería de Fendi. Con aires sofisticados, lo sutil se vuelve excéntrico, tal cual como se concibe el lujo más lujoso de estos tiempos que corren. Cortes geométricos, siluetas limpias y total looks monocromáticos dejaron que los accesorios se destaquen por sí mismos. 

Piel a la vista:

Ashi Studio nos presentó un culto a la sensualidad desde la sutileza. No hace falta mostrar de más para verse sexy. Recortes en partes del cuerpo inesperados, mallas tejidas, transparencias, brillos y volúmenes todo pensado con mucha delicadeza. 

Sencillez y casual:

Valentino abrió su desfile con un look que a simple vista parecía muy casual: una camisa blanca con un denim. Lo cierto es que ese denim era un pantalón de seda con una enorme cantidad de diminutas perlas bordadas y teñidas en 80 tonos de azul índigo distintos. Una miscelánea entre lo sencillo y lo excéntrico, con el color como gran protagonista. Siluetas relajadas y algunos looks bastante excéntricos pero bien bajados a tierra. 

Volver a las bases:

La colección de Dior, nos transportó al inicio de todo en la antigua Grecia, en una colección donde los clores hueso, crema y dorado fueron los protagonistas. Si bien hubo capas, túnicas, vestidos largos y pantalones anchos, nos dejó una pista: el foco vuelve a la cintura.