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90-60-infinito o cómo amar tu belleza al natural

Autor: Natalia Sabransky

La lucha porque se acepten nuestros cuerpos en su total diversidad ya está en marcha, pero necesita de nuestro accionar y toma de consciencia para seguir creciendo. En esta nota, Naty Sabransky reflexiona sobre su iniciativa 90-60-infinito y nos acerca su punto de vista para seguir construyendo un mundo más amigable con todas nuestras formas.

Desde que puedo recordar, conseguir ropa nunca me fue una tarea fácil. Si bien a lo largo de mi vida tuve diferentes pesos y medidas, mis caderas siempre se mantuvieron bien presentes para recordarme que el talle S nunca sería una opción. Me sentía muy mal cada vez que salía de una tienda sin poder conseguir lo que me gustaba. Con el tiempo, me empecé a dar cuenta de que no solo me pasaba a mí, sino a un montón de chicas que, como yo, no encajaban en los talles "convencionales". Así que decidí crear 90-60-infinito, una serie de viñetas que retrata, precisamente, las diferentes experiencias que pasamos las mujeres, altas, bajas, curvies, caderonas y demás… que no encajamos en las supuestas medidas perfectas del 90-60-90. Contadas siempre desde el lado del humor, que es algo que me caracteriza bastante, al principio la idea era mostrar experiencias a la hora de vestirse. Mostrar todo tipo de cuerpos y los problemas de cada uno, pero con el tiempo el mensaje fue abarcando también cuestiones de edad, sobre vestirnos como más nos guste sin importar la edad, el género, el peso… También, abarcando situaciones de la vida diaria, como el problema de una caderona en una fiesta con amigos, a la hora de conseguir un asiento que no sea miniatura, o una chica bajita intentando hacerse una selfie en un espejo haciendo puntitas de pie. Cada vez son más los mensajes de chicas contándome que les encanta verse reflejadas en las viñetas, las ayuda a aceptarse y hasta esperan ansiosas a ver la próxima ilustración que las siga identificando.

 

¿Cuestión de amor propio?

Todos hablamos de amor propio y creo que, si bien es algo necesario, siento que a la vez es muy personal. Hoy en día es un hashtag en tendencia y muy popular, lo cual está bueno, pero siento que el mensaje tiende a deformarse un poco, pareciendo una publicidad barata de diurético mágico, en donde con solo una pastillita de #amorpropio ya se solucionan todos tus problemas y podés salir a la calle con una tanga dorada que nada te va a importar, y no es así. El amor propio es un proceso, un trabajo individual y diferente para cada persona que no se logra de la noche a la mañana. Es sacarse ese chip con estereotipos de belleza que se nos implantó desde chicos y comenzar a darnos valor por lo que somos, no solo a nivel físico, sino también emocional. Con el tiempo, y por hartazgo, mi autoestima y amor propio crecieron. Sin embargo, viví mucho tiempo condicionada bajo la opinión de los demás: hacía dietas restrictivas que solo me llevaban a comer de más por ansiedad, me escondía en colores oscuros o ropa holgada y hasta tenía memorizadas formas de sentarme para lucir de cualquier ángulo más "delgada". Me vestía y comportaba en función de esconder mi cuerpo, a tal punto que me perdía de disfrutar momentos, de vestir a mi gusto y básicamente, de poder ser yo misma. No caí de un día para el otro, fueron diferentes momentos en donde me fui soltando, animando y dejando la opinión de los demás de lado. Empecé a darme cuenta de que por más cliché que suene, cursi, cringe o como le quieran decir, la vida es una sola y odiarme es perder el tiempo.

 

Aceptar y elegir 

Me gusta poner las manchitas de mi vitiligo como ejemplo de que no existe un blanco o negro en lo que al amor propio respecta: el aceptarnos tal cual somos también depende de los gustos y decisiones de cada persona. Con el tiempo, llegué a aceptar muchas partes de mí que antes odiaba, pero eso no significa que ahora soy una iluminada que ama cada centímetro de su cuerpo. Tengo matices, en donde acepto que hay cosas que por más que lo intente no me van a gustar, ya sea de mi cuerpo o de mi forma de ser. En mi caso, el vitiligo es algo que se presenta cada vez que me toca vivir momentos difíciles, es algo que sé que puedo tratar, por eso prefiero aceptarlo mientras esté, pero cambiarlo mientras pueda. Creo que lo mejor es aprender a hacerse amiga, aceptar cada particularidad como es y comprender que forman parte también de lo que somos.

 

“Todos tenemos algo que no nos gusta, algunas cosas las podemos cambiar o mejorar y hay otras que no, pero no por eso hay que odiarse”, Natalia Sabransky

 

Belleza en la diversidad

Nada mejor que ver cómo otras personas se animan a mostrarse tal como son para seguir trabajando nuestra confianza. Es tan importante que se normalicen todos los cuerpos para que nos demos cuenta de que la belleza está en la diversidad. Hay que tener en cuenta también que, por más trabajo que una haga consigo misma, por más esfuerzo que pongamos para apoyarnos entre nosotros, si seguimos encontrando en los medios de comunicación estándares de belleza que no nos representan, todo el esfuerzo que hagamos va a dar siempre unos pasos para atrás. Por eso, es importante alzar nuestra voz, no importa que uno no sea una figura pública o un influencer superfamoso, hoy en día nuestras opiniones en las redes tienen peso y si somos muchos, mejor. Como sociedad y en relación al body positive, creo que nos falta mucho. Si bien en redes el movimiento de los activistas cada vez está más presente, no siempre se ve reflejado cuando uno sale a la calle y la mitad de las personas sigue viviendo en un mundo señalador, donde solo juzgan por la apariencia. Pero sí creo que va bien encaminado y, sonará raro, pero te das cuenta por las quejas: "hoy en día no podés decir nada que de todo se ofenden”. Escuchar recurrentemente esa frase para mí significa que hay un cambio generacional que está poniendo los estereotipos de belleza patas para arriba y nos hace replantear un montón de cosas que antes no nos dábamos cuenta que estaban mal. Falta camino por recorrer, pero vamos encaminados.

 

¡Hagamos limpieza de redes! 

Como usuarios, tenemos la libertad de elegir a quién queremos seguir y a quién no. Si hay alguna cuenta que sientas que vibra de una manera diferente, te hace sentir mal o no te representa, vos podés elegir salir y buscar otras que te hagan sentir identificada, en donde encuentres el mensaje que busques y te sientas más cómoda. Dejemos esa idea de seguir a alguien por compromiso o por el simple hecho de tener millones de seguidores. Hay un montón de cuentas que tienen contenido de calidad y original dando vueltas.

 

POR: Natalia Sabransky

Ilustradora y Activista de Body Positive

Instagram: @natyilustrada / @mamailustrada

YouTube: NatyIlustrada

Mail: nataliasabransky@hotmail.com

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